Feijoo primeiro

Laureano López
Laureano López CAMPO DE BATALLA

ESPAÑA

03 dic 2012 . Actualizado a las 07:00 h.

Como desde la oposición se pedían de forma sistemática cabezas, Feijoo casi se vio obligado a salvar a la mayoría de sus conselleiros, incluidos los rebautizados como de Plurilingüismo y de Desemprego, en un gesto muy propio de todo gobernante, que es hacer justo lo contrario de lo que pida el enemigo. De ahí la euforia de Jesús Vázquez cuando la semana pasada tanta gente reclamó su destitución. Al fin y al cabo, después de los últimos resultados electorales, y al margen del nivel del Ejecutivo, es normal que piensen que quienes deben hacer cambios son más bien los otros. La marcha de Javier Guerra estaba un poco descontada porque en realidad siempre pareció estar más fuera que dentro de la Xunta, y el ascenso de Alfonso Rueda servirá para aumentar el ruido de fondo sobre una hipotética fuga de Feijoo a Madrid, ruido que al presidente de la Xunta no parece disgustarle, más bien todo lo contrario; a veces el ruido lo genera él mismo. Sí, quizás el nuevo-viejo Gobierno no esté diseñado precisamente para echar cohetes. Claro que Feijoo no ha prometido cohetes...