El comienzo del reinado Rajoy

Manuel Campo Vidal

ESPAÑA

Superado el 25-M, el presidente podrá dar rienda suelta a sus reformas

25 mar 2012 . Actualizado a las 08:00 h.

Le faltan dos piezas que pueden ser suyas esta misma noche: Andalucía y Asturias. Sin conocer los resultados, ya sabemos que nunca un gobernante tuvo en democracia tanto poder como Mariano Rajoy: ni Suárez, Calvo Sotelo, González, Aznar o Zapatero. Siempre hubo un poder de contrapeso al Gobierno central desde las autonomías, diputaciones y ayuntamientos. Hoy casi todo es del color azul popular, salvo en el País Vasco y Cataluña, además de las pequeñas islas socialistas, algunas inesperadas como las alcaldías de Cuenca o Soria.

Pero mañana comienza de verdad el reinado de Mariano Rajoy porque sumará previsiblemente uno o dos Gobiernos autonómicos más: uno tan importante como el de Andalucía -la comunidad más poblada- y otro, un simbólico feudo histórico de la izquierda como es Asturias. Pero aunque no fuera así, porque a Arenas le faltara un diputado o porque el previsible escaño asturiano de UPyD se decantara por desempatar a favor de la izquierda en el Principado, mañana Rajoy será un mandatario más libre al no tener que retener medidas o contener gestos, pendiente como ha estado de las elecciones de hoy. Falta la huelga general del próximo jueves, cierto, pero se da por descontada. Los servicios mínimos pactados en los transportes auguran un relativo empate entre huelguistas y normalidad laboral, lo que garantiza una aburrida guerrilla de porcentajes. Como siempre.

Tentación absolutista

De Mariano Rajoy se espera, ante esa acumulación de poder, que no caiga en la tentación absolutista que sintió Aznar tras su mayoría rotunda en el 2000 y que lo llevó a una cadena de desaguisados: la boda de su hija con mil invitados en El Escorial, como una infanta, su actuación en el Prestige -«las playas gallegas están esplendorosas», dijo Federico Trillo al volver de Galicia- o la desafortunada acción de gobierno, sin reunir al gabinete de crisis y desoyendo a los servicios secretos, tras el mayor atentado de la historia en los trenes de cercanías de Madrid. Un caso de despropósito que se estudia en escuelas especializadas en el capítulo de Cómo no se debe manejar una crisis. De Rajoy se espera más y mejor. De entrada, ya ha mostrado su malestar ante la pasión de sus colaboradores por colocar familiares en altos puestos. Un hermano de la señora De Cospedal dirige desde hace unos días la Fundación Carolina. El marido de Soraya Sáenz de Santamaría ha sido fichado por Telefónica. El marido de María Dolores de Cospedal y el hermano del secretario de la oficina económica de la Moncloa, Álvaro Nadal, fueron nombrados -y dimitieron a las pocas horas- como consejeros de la compañía pública Red Eléctrica Española. Y lo que no sabemos, añadido a lo que falta por llegar. Mariano no es partidario. «Rajoy y su entorno se parece más a una especie de nueva UCD», estima Antoni Vives, importante dirigente de Convergència y hombre fuerte de la coalición en el Ayuntamiento de Barcelona. Otros coinciden con él, pero advierten que eso es solo una parte del PP, mientras que el resto suena más aznarista o incluso casquista.

Guerra bancaria

Mañana empezará a concretarse todo lo que el proceso electoral ha contenido provisionalmente: algunas reformas que se presumen muy impopulares, la subida de la luz que llegará en abril y la fusión o absorción de cajas de ahorro que interferían en el camino de los comicios. La principal es Banca Cívica, que tiene a la andaluza Cajasol entre sus integrantes. Que esta entidad de ahorro pase a ser catalana -al ser absorbida por Caixabank- le venía a Griñán a contrapié; así que entre mañana y el próximo viernes, límite impuesto por el Banco de España, darán la operación por cerrada andaluces, navarros, burgaleses y canarios. Esta absorción coloca a Caixabank como líder nacional pero con contrapeso español. Botín, que ya fue desbancado de ese liderazgo hace unas semanas por el BBVA -al absorber este Unnim- promete doblar beneficios el próximo año. La guerra bancaria en la cúspide está servida en el reinado de Rajoy.