Ni «desvinculación» ni «separación» ni «contraposición», Sortu sigue vinculada a ETA. Y «mientras ETA exista, esté armada y la izquierda aberzale no rompa con la banda de una manera incontrovertiblemente real, no podrá ser un actor político normal, equiparable a otros partidos». La Abogacía del Estado pidió ayer al Tribunal Constitucional que mantenga en la ilegalidad a la formación aberzale mientras siga sin condenar a la banda «sin ningún atisbo de duda», «sin pedir su disolución», sin hacer un «rechazo expreso de la violencia etarra» y sin romper amarras con los terroristas.
La Fiscalía usará casi idénticos argumentos en el escrito que presentará hoy para pedir al tribunal que rechace el recurso de amparo de Sortu contra la decisión del Supremo del pasado 24 de marzo de prohibir su inscripción en el registro de partidos políticos de Interior.
El Gobierno insiste en que Sortu no puede colarse en la política porque la izquierda aberzale y ETA no han roto. «Más bien lo que aparece [es que el partido y la banda hacen] una interpretación a dos coros del mismo motivo melódico sin demasiada desarmonía al principio y plena armonía al final».