27 abr 2011 . Actualizado a las 06:00 h.
«Se lo juro, yo soy católico. Ese no es el hombre que me entregó el teléfono». Joseba Elosua, el dueño del bar Faisán, repitió varias veces este comentario referido al inspector José María Ballesteros durante su declaración ante el juez de la Audiencia Nacional Pablo Ruz. El presunto miembro del aparato de extorsión de ETA admitió, no obstante, que el policía se hallaba en su local cuando, al parecer, se produjo la delación que alertó de la operación de las fuerzas de seguridad. La versión de Elosua contradice la conclusión de la investigación de la policía. También contrastó con la versión de su propio hijo, que atribuyó estas diferencias a que su padre estaba «muy nervioso», que además está «mayor» y a veces «no se acuerda de las cosas».