La excusa perfecta para abordar una crisis

Gonzalo Bareño Canosa
Gonzalo Bareño MADRID/LA VOZ.

ESPAÑA

Las inminentes citas electorales permiten a Zapatero justificar unos relevos que tratan de dar un impulso a un Ejecutivo debilitado y reforzar con Corbacho el nexo con el PSC

04 sep 2010 . Actualizado a las 02:24 h.

La salida del Gobierno del ministro de Trabajo, Celestino Corbacho, confirma que en contra de lo que afirmó tras su entrevista con el Rey en Mallorca y de lo que ayer mismo dijo la vicepresidenta de la Vega, Zapatero prepara cambios en el Ejecutivo. Los malos resultados que auguran los sondeos fuerzan al presidente a dar un impulso a su Gabinete que solo se aplaza a octubre para que el nuevo titular de Trabajo no tenga que asumir la huelga general, y para decidir si Trinidad Jiménez sale o no del Gobierno en función de si gana o no las primarias para la candidatura a la Comunidad de Madrid.

Aunque el Gobierno quiere trasladar la idea de que está centrado exclusivamente en luchar contra la crisis y no en su propio relanzamiento, la proximidad de los procesos electorales le servirá a Zapatero para introducir relevos y de paso reducir el número de ministerios, como le ha exigido en numerosas ocasiones el Congreso. Además de Corbacho y Jiménez, en ese baile puede entrar el ministro de Asuntos Exteriores, Miguel Ángel Moratinos, que podría encabezar la lista a la alcaldía de Córdoba. Los socialistas andaluces se lo piden con insistencia, pero Moratinos se resiste, entre otras cuestiones porque no tendría garantizado en absoluto el triunfo. Al contrario, sería el PP el que estaría a punto de arrebatar la alcaldía a Izquierda Unida.

El hueco dejado por Corbacho en Trabajo podría servirle a Zapatero para entregarle esa cartera a Manuel Chaves, actualmente en una vicepresidencia de Cooperación Territorial sin contenido político pero que ha sabido ganarse la confianza de Zapatero, cada vez más proclive a contar con la experiencia de la vieja guardia en detrimento del entusiasmo de la juventud que había marcado sus nombramientos. La baja de Jiménez en Sanidad serviría también para economizar carteras si, como apuntan algunas fuentes, la ministra de Igualdad, Bibiana Aído, cada vez más fuerte en la Moncloa, suma esas competencias a las que ya desarrolla.

Fortaleza de Gabilondo y Aído

La apertura del melón de la crisis podría llevar a Zapatero a introducir otro cambio que también llevaría aparejada una unificación de carteras. La ministra de Cultura, Ángeles González Sinde, es una de las mayores decepciones del nuevo equipo del presidente y ha rebajado claramente el listón frente a su predecesor, César Antonio Molina. La excusa de la necesidad de economizar le serviría al presidente para entregar las competencias de Cultura al titular de Educación, Ángel Gabilondo, otra figura emergente del Gobierno y bien valorado en los sondeos.

Pero al margen de la crisis ministerial, tras la salida de Celestino Corbacho del Gobierno se esconde también una lucha entre los diferentes sectores del PSC. La negativa del consejero de Economía de la Generalitat, Antoni Castells, a figurar en las listas a las elecciones autonómicas supuso un claro desafío a Montilla para forzarlo a romper amarras con Zapatero. Castells, adscrito al sector más nacionalista del socialismo catalán, esgrimió la sumisión del PSC al PSOE como argumento para no estar en el cartel. La incorporación de Corbacho demuestra que Montilla no sucumbe a esa presión. El ministro de Trabajo es aún menos nacionalista que Montilla. Ambos nacieron fuera de Cataluña. El primero en Badajoz y el segundo en Córdoba.

Todo indica que Montilla opta por reforzar el perfil menos agresivo con el resto de España del PSC en detrimento de figuras como Castells, Montserrat Tura o Ernest Maragall, que podrían quedar también fuera de las listas.

La presencia de Corbacho en la candidatura del PSC pretende motivar al electorado clásico del partido y al sector de los no nacidos en Cataluña, en el que el ministro tiene gran predicamento tras su etapa de alcalde en Hospitalet (Barcelona) con numerosa población inmigrante. Además, reforzaría los nexos entre el PSC y la dirección del PSOE.

Ese currículo y sus negativos resultados como ministro en la lucha contra el desempleo fueron utilizados ayer sin embargo en su contra por el líder de CiU, Artur Mas, que afirmó que el PSC ha fichado para sus listas al «líder del paro», lo que «debilita» a Montilla.