Panea y Mazón, una extraña pareja de abogados que continúa la persecución de Pérez Escolar contra Botín

La Voz

ESPAÑA

10 abr 2010 . Actualizado a las 02:00 h.

Los dolores de cabeza de Baltasar Garzón no acaban con la sustanciación de la causa de la memoria histórica. El próximo jueves está citado a declarar como imputado en el Supremo, tras ser admitida a trámite una nueva querella por el dinero cobrado durante su estancia en la Universidad de Nueva York. En esta ocasión, los firmantes son los abogados Antonio Panea Yuste y José Luis Mazón.

Panea Yuste lleva persiguiendo a Garzón desde que, en el año 2006, rechazó una querella del ex consejero de Banesto, Rafael Pérez Escolar, contra Emilio Botín, presidente del Banco de Santander, adjudicatario del banco de Mario Conde tras su intervención por el Banco de España. Pérez Escolar fue condenado a diez años de cárcel por estafa y apropiación de casi cinco millones de euros en la gestión de Banesto.

Panea Yuste era colaborador del bufete de Escolar, quien, antes de morir, interpuso una treintena de querellas contra Botín que acabaron casi todas en archivo, una de ellas por Garzón, previo informe del fiscal y con el posterior respaldo de la Sala de lo Penal de la Audiencia Nacional. Panea fue el continuador de la lucha judicial de Pérez Escolar y trató de vincular la querella de aquel con los cobros de Garzón en Nueva York.

José Luis Mazón, oriundo de Orihuela y murciano de adopción, fue asesor laboral del sindicato Comisiones Obreras. Conoció a Panea en el despacho de Pérez Escolar cuando este le encargó la defensa del caso Banesto ante el Comité de Derechos Humanos de la ONU.

Mazón es uno de los abogados españoles más conocidos en el tribunal de Estrasburgo. Se confiesa un abanderado de la causa contra el nacionalcatolicismo y ha pedido ante los tribunales la retirada de símbolos religiosos en espacios públicos de Alicante y Murcia. Fue el defensor de una abogada musulmana expulsada de la sala por el juez Gómez Bermúdez por negarse a quitarse el velo.