El mito ZP se tambalea en el PSOE

ESPAÑA

Los sondeos que indican que la mayoría de los votantes socialistas no quieren que sea candidato y el mal inicio de la presidencia europea abren el debate sobre la sucesión

17 ene 2010 . Actualizado a las 02:00 h.

«Lo más importante que ha hecho Aznar ha sido agotar las dos legislaturas y no volver a presentarse». La frase no es de un admirador del ex presidente del Gobierno. La pronunció Zapatero el 9 de junio del 2004, al poco de llegar a La Moncloa. Desde entonces ha llovido mucho y, a pesar de que el líder socialista se ha manifestado partidario de no aferrarse a los cargos, a medida que se acerca el fin de su segunda legislatura está más convencido de optar a un tercer mandato. De aquella frase sobre Aznar, Zapatero ha pasado a decir ahora que doce años en la presidencia del Gobierno no es un tiempo «exagerado».

Señales de alarma

Aunque le pareciera acertado que Aznar se retirara, Zapatero cree que su mayor error fue precisamente anunciarlo con tanta antelación. El ex líder del PP inició su segunda legislatura sabiéndose que sería la última. Y eso, además de debilitarlo, sumió a los populares en un debate perpetuo sobre quién sería el sucesor. Por eso, la intención de Zapatero era impedir esa discusión y no pronunciarse al respecto hasta el 2011. Solo el hecho de que atraviese su momento de mayor debilidad política debido a la crisis económica ha permitido que ese melón se abra en el PSOE. Aunque en público de momento solo sirva para expresar adhesiones inquebrantables a la continuidad del líder. En privado ya es otra cosa.

Zapatero sigue creyendo posible aguantar la incertidumbre hasta el 2011. Pero son sus propios partidarios quienes no han aguantado la presión y han salido en tromba para dar por seguro que será el candidato, sin tener en cuenta que esa decisión le corresponde en primer lugar a él. La estrategia del presidente pasaba en este caso por un reforzamiento de su liderazgo, de cara a esa continuidad, con su papel de presidente de turno de la Unión Europea, que le garantiza seis meses de fotos de portada con los principales dirigentes mundiales. Pero en apenas 15 días de presidencia española se ha demostrado ya que esa experiencia puede volverse en su contra y debilitarlo dentro y fuera de España.

Las críticas despectivas de la mayoría de la prensa económica hacia Zapatero y sus desencuentros con el Gobierno alemán de Angela Merkel han sembrado la alarma entre los socialistas partidarios de que continúe. Pero las luces rojas saltaron definitivamente el pasado 10 de enero cuando el diario El País publicó una encuesta según la cual el 49% de los votantes del PSOE son partidarios de que Zapatero no sea el candidato, frente a solo un 45% de socialistas que apoyan que opte a un tercer mandato. Antes de que esas cifras engorden, el aparato socialista ha preferido adelantarse a los deseos del líder.

«Nadie es imprescindible»

La consigna oficial es que el debate no existe, pero son ellos los que lo alimentan con las presiones públicas a Zapatero para que se presente de nuevo. Lo cierto es que si en algo coinciden sus partidarios y los que no lo son tanto en el partido es en que, en contra de lo que dice el propio Zapatero, debe anunciar su decisión cuanto antes.

«Debe decir cuanto antes que es el candidato, sin dar ningún margen al debate. Ni ahora, ni cuando toque». Así se expresa en su blog el ex ministro de Administraciones Públicas Jordi Sevilla, el primero en abandonar el Congreso decepcionado con Zapatero, aunque luego lo seguirían Pedro Solbes, César Antonio Molina y Bernat Soria, igualmente desilusionados, aunque estos tres últimos no pertenecen al PSOE. «Ya sabemos que nadie es imprescindible. Por tanto, puede decidir presentarse otra vez, o no. Pero como la cosa no afecta solo a él, su familia y su partido, sino al conjunto de España, le pediría que no nos meta en ese debate, a favor o en contra, que bastante dividida tenemos ya a la población en otros muchos asuntos», afirma Sevilla en su página de Internet.

Y es que si a sus partidarios les parece urgente que Zapatero se decida, más les urge a quienes apuestan por que deje paso a otro. Si el presidente cumple sus plazos y deja esa decisión para el 2011, en caso de renuncia los socialistas se verían obligados a fabricar un candidato en un año, antes de las elecciones de marzo del 2012. Y la tarea se antoja difícil. La que hasta ahora se consideraba como la elegida por Zapatero, Carme Chacón, parece haber perdido toda opción. Los errores cometidos en la crisis del secuestro del Alakrana o su criticada gestión de la retirada de las tropas españolas de Kosovo la han hecho perder todas las opciones.

La única otra posibilidad que los socialistas consultados dan entre los miembros del Gobierno es Alfredo Pérez Rubalcaba, el mejor situado en las encuestas. Pero el titular de Interior da síntomas de fatiga y no parece dispuesto a arrastrar ese peso. José Blanco, la otra figura emergente del Ejecutivo, liga su futuro al de Zapatero y su destino estaría más bien en la Xunta de Galicia. Fuera del Gobierno, la única alternativa posible sería José Bono, que sigue aspirando a ello, pero eso supondría un cambio radical de discurso en el PSOE.