PSOE y PP se preparan para las elecciones generales
06 ago 2007 . Actualizado a las 11:27 h.La política anda revuelta, pero aún faltan más sorpresas. Los socialistas navarros se sublevaron cerrando un acuerdo de Gobierno con los nacionalistas de Nafarroa Bai. Si no se lo iban a aceptar en Madrid, son ganas de desafiar. La tensión ha sido máxima y las heridas, profundas entre la militancia navarra. Habida cuenta de que, en tiempos, se solía decir que «los navarros, como el Biscuter, no tienen marcha atrás», se dudó del final de la aventura. Pero Rodríguez Zapatero delegó en Blanco y el gallego lo resolvió fulminantemente.
La argumentación de Ferraz, la que no se explicita, es clara: a ver si ganamos un Gobierno regional y perdemos el de España en marzo. ¡Qué gran ocasión desperdiciada la de intercambiar Navarra por Canarias! En el archipiélago, el ex ministro López Aguilar arrolló electoralmente a Coalición Canaria y al PP, mientras que en Navarra, UPN, aun con un buen resultado, no pudo retener el Gobierno ni haciendo creer que Zapatero había pactado con ETA la anexión al País Vasco.
Quizá lo creyera algún incauto en el resto de España, pero en Navarra no le dieron crédito. Aquellos excesos populares son los que sembraron esta rebelión socialista porque les subleva conceder el Gobierno a quien se excedió en su ejercicio. No les falta razón, pero el PSOE, ya en la recta final de la campaña de marzo, que es la que vale, no podía regalar esa baza al PP.
Mariano Rajoy ya hizo esa propuesta: que se abstuvieran los socialistas en Navarra y ellos corresponderían en Canarias, pero no se aceptó. José Blanco revela que no era así, sino un dos por uno: «Rajoy facilitaba el Gobierno en Canarias a cambio de renunciar nosotros en Navarra y Baleares».
Entretanto, en el Partido Popular no pasa nada, aparentemente, pero el silencio de Rodrigo los tiene confundidos. Renunció por sorpresa a su importantísimo puesto de director gerente del Fondo Monetario Internacional alegando que volvía a España para estar con sus hijos. Es curioso como las explicaciones personales, que no tienen porque ser falsas, en política generan desconfianza. También en este caso.
El silencio de Rato
Igual que existe la canción del verano, Rodrigo es, por excelencia, la conversación del verano. Unos lo sitúan en la presidencia de la nueva Endesa, que no es mal sitio. Otros, en las listas del Partido Popular como número dos en la candidatura de Madrid, lo que reforzaría a Mariano Rajoy. Pero ya hay quien inventa fórmulas magistrales: que siga Rajoy como presidente y número dos por Madrid, con Rodrigo como candidato. ¡Qué mal rato proporciona Rodrigo con su silencio!
Porque, a todo eso, sigue en Washington hasta septiembre, sin entenderse porque precipitó su anuncio de salida. Unos le hacen las cuentas y deslizan el cálculo de que se quedó sólo hasta consolidar su paga vitalicia como ex director. Otros estiman que precipitó el anuncio de retirada por si José Luis Rodríguez Zapatero convocaba elecciones anticipadas en octubre. Y otros lo esperan.
No serán los aznaristas quienes lo reclamen. José María Aznar tuvo en su mano hacerlo sucesor y lo devolvió a la cola de aspirantes. Especular por especular hasta hay quien, en las tertulias de verano, habla del posible retorno de Aznar. Si no hay una crisis muy grave, esa hipótesis es de botellón. El asunto está en que Rodrigo hable de una vez, no se vaya a quedar pequeño el encierro de los socialistas pamplonicas.