Ibarra descalifica el texto catalán y Zapatero le pide «sosiego y diálogo»

Gonzalo Bareño Canosa
Gonzalo Bareño LA VOZ | MADRID

ESPAÑA

GUSTAVO CUEVAS

Está convencido, tras hablar con el presidente, de que Cataluña no se llamará nación El tripartito y CiU arremeten contra el gobernador del Banco de España

11 oct 2005 . Actualizado a las 07:00 h.

La reunión entre Juan Carlos Rodríguez Ibarra y José Luis Rodríguez Zapatero no sirvió para rebajar las críticas del presidente extremeño al Estatuto catalán. Tras la entrevista celebrada en la Moncloa, Ibarra tacho de «éticamente reprobable» el proyecto, al margen de su constitucionalidad. El dirigente socialista llegó a acusar de «deslealtad» a sus compañeros del PSC por su actuación en este debate. Pese a todo, Ibarra aseguró que, tras hablar con Zapatero, está convencido de que el Parlamento suprimirá el término nación del articulado del Estatuto. En un claro reto a Zapatero, Ibarra aseguró que «no hay presidente de España que esté dispuesto a romper el país que preside, ni partido político que se lo consienta». Como alternativa al término nación, propuso el de «entidad territorial singular», que es el que figura en el actual Estatuto. Las declaraciones de Ibarra indican que el presidente extremeño hizo poco caso a la recomendación de «sosiego y diálogo» que, según fuentes de la Moncloa, le hizo Zapatero. Esas fuentes han dicho que el presidente le recomendó también evitar el «tremendismo». Aceptable políticamente Aunque el presidente garantizó a Ibarra que lo que apruebe el Parlamento será «absolutamente constitucional», el líder extremeño no se dio por satisfecho y advirtió que, además de legal, deberá ser aceptable «políticamente». Las mayores críticas de Ibarra se centran en el modelo de financiación que propone el Estatuto, que a su juicio es «reprobable desde el punto de vista ético» y además se vuelve «intolerable» cuando lo defiende un partido de izquierdas. Por otro lado, «irresponsable», «cavernícola» e «indocumentado» fueron algunos de los calificativos que los partidos del tripartito y CiU dispensaron al gobernador del Banco de España, Jaime Caruana, por decir que la aplicación de una reforma del Estatuto podría «afectar al bienestar del conjunto de los españoles». El presidente de CiU, Artur Mas, afirmó que las palabras de Caruana son «inadmisibles» y «no se pueden dejar pasar». El portavoz del PSC, Miquel Iceta, tachó de «intoxicaciones» las declaraciones del gobernador e «impropias en la persona que dirige el Banco de España». Joan Ridao (ERC) lo acusó de mentir y pidió a Zapatero que «haga callar a determinados altos cargos».