Zapatero entierra el «plan Baker» y da largas al referéndum del Sáhara

Ramón Gorriarán RABAT

ESPAÑA

14 jul 2004 . Actualizado a las 07:00 h.

José Luis Rodríguez Zapatero enterró ayer en Argelia el plan Baker , la única propuesta que hay sobre la mesa para solucionar el contencioso del Sáhara occidental. El presidente del Gobierno se mostró partidario de explorar otras vías sin prejuzgar la solución final y abogó porque en la resolución del contencioso participen todas las partes que, en su opinión, son el Frente Polisario, Marruecos, España, Francia y Argelia, en la medida que este último país esté dispuesto. Rodríguez Zapatero concluyó su primera visita oficial al país magrebí después de reunirse con el presidente, Abdelaziz Buteflika, al que transmitió, entre otros asuntos, la posición española sobre el conflicto del Sáhara. Su impresión fue que la postura de su Gobierno gustó al jefe del Estado argelino, aunque después, cuando la explicó, se pudo apreciar que no camina en la misma dirección que reclaman Argelia y el Frente Polisario. El presidente del Ejecutivo consideró que el plan Baker , la propuesta del ex secretario de Estado norteamericano que hasta hace un mes actuó como enviado especial de Naciones Unidas en la zona, ha pasado a mejor vida. Una posición que supone un cambio en la estrategia diplomática de España, que hasta ahora fue una firme defensora de la iniciativa. El plan tenía, apuntó Rodríguez Zapatero, «cosas buenas y malas», pero ahora el conflicto del Sáhara entra en una nueva etapa. Solución final Todas las partes implicadas aceptaban la iniciativa de Baker, salvo Marruecos, que rechazaba la solución final del referéndum sobre la independencia del Sáhara. Ayer, Rodríguez Zapatero compartió en cierta forma esta reserva. En la conferencia de prensa con la que cerró su visita de ocho horas a Argelia, reclamó no condicionar la solución final con fórmulas predeterminadas porque «no es lo más acertado». Sostuvo que el proceso de solución debe estar liderado por la ONU, con respeto a la legalidad internacional y con el acuerdo de todas las partes. Durante su intervención no mencionó el requisito del respeto al derecho de autodeterminación del pueblo saharaui, precisión que, en cambio, se recoge en la declaración conjunta firmada con motivo de su viaje oficial. El ministro de Exteriores argelino, Abdelaziz Beljadem, quien intervino después, puntualizó que las partes implicadas en el conflicto son el Frente Polisario y Marruecos, mientras que su país se limita a defender sus fronteras de las hostilidades del país vecino. Argelia, añadió, «no es tutor de nadie». También apreció un cierto acercamiento de la postura de España a la de Francia. El presidente del Gobierno también consiguió el apoyo argelino para una nueva cumbre euromediterránea en el 2005 en Barcelona, ciudad que fue sede hace diez años de otra reunión de los jefes de Estado y de Gobierno de los países ribereños.