Los candidatos socialistas presentaron sus propuestas ante actores, músicos y escritores Joaquín Sabina leyó unas rimas compuestas por él dedicadas a Trinidad Jiménez
21 may 2003 . Actualizado a las 07:00 h.El mundo de la cultura, representado por actores, músicos, escritores e intelectuales, mostró ayer su apoyo al programa cultural de los candidatos socialistas a la Comunidad, Rafael Simancas, y a la alcaldía de Madrid, Trinidad Jiménez. En el local Calle 54 de la capital, un par de centenares de artistas y creadores arroparon la presentación de los proyectos que presentan los aspirantes del PSOE a las instituciones madrileñas. El acto fue presentado por Joaquín Sabina, quien leyó unas rimas, con el título Pliegos de cordel, compuestas por él y dedicadas especialmente a Trinidad Jiménez y a la cantautora Rosa León, que también figura en las listas socialistas. El cantante jienense hizo las delicias de los presentes al leer su oda a Jiménez, con frases como éstas: «Si estas contra la tristeza y además de la cabeza te juegas el corazón, vota a Rosa León» o «Y es que de Aznar no quiero largar si mentar a Bush. Botella huele a dinero, mi doncella a bonobús. Hace falta en los madriles una dulce gobernanta que tirando de la manta gobierne a los alguaciles». Al acto asistieron, entre otras caras conocidas, el director de cine Fernando Trueba, las actrices Pilar Bardem, María Barranco y Silvia Marsó; los actores Juan Echanove, José Coronado, Álvaro de Luna, Eduardo Campoy y Agustín Díaz Llanes; los cantantes Javier Gurruchaga, Víctor Manuel, Ramoncín y Cristina del Valle; así como los escritores Juan José Millás y Almudena Grandes. Simancas se comprometió ante ellos, si gobierna la Comunidad, a apoyar la contrucción de la Casa del Actor, en Las Rozas, y a poner en marcha un Museo de la Evolución de la Vida, con la colaboración de las universidades y el CSIC, que aseguró que será «novedoso en España». Asimismo, afirmó que con sus propuestas espera que Madrid se convierta «en la capital cultural del sur de Europa», algo que sólo puede conseguirse aprovechando el «carácter abierto, mestizo, tolerante e irreverente incluso» de los ciudadanos madrileños.