Las actuaciones de Springsteen, Rolling Stones y Elton John alivian la orfandad de grandes conciertos
12 may 2003 . Actualizado a las 07:00 h.La visita en los próximos meses a Madrid de tres grandes de la música como Bruce Springsteen (19 de mayo, La Peineta), los Rolling Stones (27 de junio, Vicente Calderón) y Elton John (8 de julio, Las Ventas) supone un paréntesis en la discreta cartelera de conciertos de la región, huérfana de megaestrellas. Hace ya mucho tiempo que éstas dejaron de pasar por la capital. La falta de escenarios adecuados para acoger sus faraónicas y exigentes actuaciones orillaron a Madrid a una segunda e incluso tercera línea en España, por detrás de Barcelona, San Sebastián, Bilbao o Galicia. Los promotores de estos eventos ya no piensan en el foro como un lugar de posible paso dentro de las giras internacionales. Ejemplos no faltan: Peter Gabriel, Madonna, U2, Radiohead, Pearl Jam, Neil Young o Sting. Éste último lo dejó bien claro: «No hay un lugar lo suficientemente grande y con una acústica buena. En ocasiones anteriores lo he pasado mal porque el sonido no era óptimo y no quiero que mi público me escuche en esas condiciones». Con este panorama, el ex líder de Police decidió irse a Bilbao, Alicante, Granada, Barcelona, Valladolid y Santiago de Compostela para presentar su disco Brand new day. Seis apariciones en España y ninguna de ellas en la capital. Causas de la carencia Conviene recordar, además, que ahora Mick Jagger y sus secuaces sí hacen escala en la capital, empujados tal vez por el centenario del Atlético de Madrid y el valor simbólico que tiene para ellos el estadio colchonero, pero que en sus tres conciertos anteriores en la península decidieron pasar por alto. Sting señaló perfectamente las causas: capacidad y, sobre todo, acústica. El primer problema se podría resolver con Las Ventas, el Palacio de Vistalegre, la Cubierta de Leganés o, en su día, con el viejo Palacio de los Deportes de Goya, pero estos recintos no cumplen con los requisitos mínimos de calidad de sonido. En su día no fueron concebidos para acoger espectáculos musicales y eso tiene sus consecuencias. El resto de las salas madrileñas son pequeños espacios, pensados para grupos y solistas minoritarios hasta la medianoche y como discotecas hasta el cierre en la madrugada. Perjuicio financiero Hace un par de años, el grupo socialista en la Asamblea regional denunció esta carencia y la respuesta de la Consejería de Cultura fue la siguiente: resulta demasiado caro acometer una inversión semejante porque estos artistas sólo hacen, como máximo, uno o dos conciertos al año en sus respectivas giras. La falta de recintos tiene consecuencias económicas muy serias sobre la caja madrileña. Según la última estimación de la Sociedad General de Autores (SGAE) en mayo del 2001 (la próxima la realizarán el mes siguiente), la comunidad deja de ingresar más de 150 millones de euros. El Anuario de la SGAE de las Artes Escénicas, Musicales y Audiovisuales del 2002 revela que, en el capítulo de grandes conciertos, Madrid apenas aporta el 5,5% de los espectadores en toda España, muy lejos del porcentaje que brindan Cataluña (21%), Canarias (14%), Valencia (10,8%) y Andalucía (9,1%). El motivo, según apuntó el informe, «está directamente relacionado con la falta de espacios adecuados para acoger este tipo de eventos».