España refuerza sus lazos con Argelia con el gas y la pesca como objetivos

La Voz R.N. | MADRID

ESPAÑA

SERGIO PÉREZ

El tratado que se firmará con el país magrebí sitúa las relaciones en el nivel mantenido con Marruecos o Túnez -Palacio elogia su cooperación en el ámbito de la inmigración ilegal

07 oct 2002 . Actualizado a las 07:00 h.

El presidente argelino, Abdelaziz Buteflika, llegó ayer a Madrid en visita oficial a España para estrechar las relaciones entre ambos países en un momento en el que los contactos con Marruecos están en suspenso por decisión unilateral de Rabat. Fiel reflejo de esta distancia fueron las palabras de la ministra de Asuntos Exteriores, Ana Palacio: «La colaboración del Gobierno argelino en inmigración es muy satisfactoria y ya me gustaría a mí poder decir que tenemos el mismo nivel de cooperación, entendimiento y buena política constructiva con otros países de la zona para atajar este drama humano». De esta forma, la jefa de la diplomacia celebró la lucha eficaz de Argelia contra el tráfico ilegal subsahariano y, al mismo tiempo, hizo un reproche velado al Ejecutivo de Marruecos. Antes, durante su comparecencia con su homólogo argelino, Abdelaziz Beljadem, Palacio había sufrido una embarazosa equivocación al alabar la «excelente cooperación» marroquí en los problemas de inmigración, cuando quería referirse a Argelia. «España tiene la satisfacción de contar con una colonia marroquí que no es muy numerosa pero que está muy integrada y que produce... perdón. Ha sido un lapsus. ¿En qué estaría yo pensando?», corrigió. Beljadem defendió que su Gobierno «hace sus deberes» al controlar la inmigración ilegal como país de tránsito, pero también como de acogida. Según explicó, numerosos inmigrantes se quedan en Argelia, que les acoge según sus posibilidades e intenta preservar sus «derechos» de ciudadanos. Tres convenios Palacio y Beljadem suscribieron tres convenios sobre transportes por carretera, asistencia judicial y para evitar la doble imposición. Pero las piedras angulares de esta visita serán el impulso del proyecto de un segundo gasoducto de Orán a Almería -que no pasará por Marruecos- y la firma hoy del Tratado de Amistad, Buena Vecindad y Cooperación que elevará las relaciones bilaterales entre España y Argelia al mismo nivel que Túnez o Marruecos. Además, después de que Rabat impidiera la renovación de los acuerdos pesqueros en el 2001 y España se viera obligada a buscar nuevos caladeros, el Gobierno de Aznar ha intentado aprovechar el potencial pesquero del país -bastante menor al marroquí- para que la flota española faene en sus aguas. En otro ámbito, Amnistía Internacional (AI) anunció que se dirigió a Aznar para que se interese por la suerte de alrededor de 4.000 argelinos desaparecidos tras ser detenidos por las fuerzas de seguridad o grupos paramilitares desde 1993 en un país -denuncia AI- «donde aún hoy los asesinatos, la tortura y las detenciones ilegales son frecuentes».