Los inicios de Fede Valverde en el Real Madrid Castilla fueron tan humildes que en su primer día sintió vergüenza en el vestuario por sus calzoncillos
15 nov 2023 . Actualizado a las 10:56 h.Los canteranos del Real Madrid son unas ‘estrellitas' incluso antes de debutar en el primer equipo y así lo constató Fede Valverde al ver sus calzoncillos de marca en el vestuario en su primer día en el Castilla. El uruguayo, que venía de un fútbol más modesto, pasó vergüenza entonces por su los suyos estaban rotos.
«Repasando un poco mi vida, diría que he tenido tres días perfectos. El primero fue el día en que me vino a buscar el Real Madrid. El segundo fue el día en que nació mi hijo Benicio. Y el tercero fue el día en que nació mi hijo Bautista. Para ese tercer día perfecto, con mi familia tuvimos que pasar por un infierno», comenzó relatando Fede Valverde en una carta para ‘The Players Tribune'.
Recordando sus orígenes humildes, contó: «Mi padre trabajaba como guardia de seguridad en el casino. Mi madre trabajaba en un local de ropa y también vendía ropa y juguetes en ferias callejeras. Todavía puedo escuchar el ruido que hacían las rueditas mientras ella empujaba un carrito enorme lleno de cajas. Parecía que era un carrito que sólo lo podía mover Hulk, pero ella iba y lo movía sola, pobrecita. Toda una guerrera. Con mucho calor, con frío, lluvia o truenos, ella iba a llegar con ese carrito a la feria».
«A veces la acompañaba y me quedaba sentado arriba de un cajón, mirando los autos, sin darme cuenta de su sacrificio. La peor parte era que al final del día, mi madre tenía que doblar toda la ropa y volver a guardar todas las cosas y empujar el carrito de vuelta a casa. ¡Y después, cocinar! ¡Y lavar mis medias sucias! ¿Te imaginás? Te lo digo, mi madre es mi ídola», señaló Fede Valverde.
«Lo que ella (su madre) a veces sacrificaba para que yo pudiera tener mi latita de Coca, ni siquiera lo sé. Y no sé si quiero saberlo. De niño, uno es muy inocente. Ves a tu madre que se saltea una comida y quizás pensás: ‘Fuaaa, ¿no tiene hambre? Qué raro, yo me muero de hambre'», recordó.
«Quizás no tenían dinero para pintar toda la casa, pero me pintaban un poquito de la pared de mi cuarto y ya se sentía como nueva. O mi papá me tiraba agua con una manguera afuera de la casa y esa era nuestra pequeña piscina», continuó.
Fede Valverde, incluso, llegó a sentir vergüenza. «Me acuerdo que yo no quería que mis compañeros vinieran a mi casa porque en la televisión sólo teníamos tres canales, los que eran gratis. Nuestra tele estaba en una mesita que tenía tres ruedas. Si la llegabas a tocar, se caía toda torcida para un lado», rememoró.
El fútbol cambió la vida a Fede Valverde
Por suerte, el fútbol cambió la vida de Fede Valverde. «Fue a través del fútbol que pude cambiar la situación de mi familia. Lamentablemente, también me cambió un poco a mí. Cuando me convertí en profesional en Peñarol a los 16 años, me creía Dios. No sé si la gente de verdad puede entender lo que significa pasar de ser nadie a alguien que camina por la calle de tu barrio y de repente los adultos se te acercan porque quieren una foto. Recibís mensajes de chicas que la semana anterior ni siquiera te miraban. Todos quieren ser tu amigo», constató.
«Recuerdo a mi papá diciéndome: '¿Por qué no te ves más con tal y tal? ¿Qué te pasa? ¡Este es tu amigo desde que jugaban juntos en la calle! Andá pa'llá'. Pero yo había perdido el rumbo y reemplazado a muchos de los amigos con nuevos, como tantos jugadores jóvenes. No es que estuviera haciendo nada raro. Pero era un maleducado. Me acuerdo de ver a los niños que esperaban por un autógrafo mío detrás del tejido y yo dudar: ‘Ufff... ¿Me paro o voy directo pa' casa? Hoy estoy re cansado'», dijo con pesar.
El interés del Real Madrid
Así fue cuando el Real Madrid se cruzó en su camino. «Estaba en Paraguay, jugando el Sudamericano Sub-17 y venía rompiéndola. Teníamos que jugar un partido decisivo contra Argentina al día siguiente. Yo estaba en mi habitación, y mis padres se estaban quedando en otra habitación del mismo hotel. De repente me llama mi mamá y dice: 'Vení para nuestra habitación ahora mismo. Acá hay gente que quiere hablar vos'. Pensé que me estaba haciendo una broma. Pero corrí hasta la otra habitación, y ahí estaban: dos hombres que nunca había visto en mi vida. A ella se le caían las lágrimas. Pero ella siempre es de emocionarse, así que no sabía qué pensar», prosiguió Fede Valverde.
«Entonces me dijeron: 'Somos del Real Madrid. Creemos que tú puedes convertirte en una estrella con nosotros. Queremos que tú y tus padres se muden a Madrid'. Miré a mi madre. Miré a mi representante con cara de 'Nah, me están jodiendo'. Mi madre me miró como diciendo: 'Callate, Fede. No te estamos jodiendo'», recordó.
Su primer entrenamiento con el Castilla y la anécdota de los calzoncillos
Sobre su primer entrenamiento con el Castilla, Fede Valverde escribió: «Todos empiezan a irse para las duchas y ahí yo veo calzoncillos Gucci. ¡Calzones Gucci, carajo! ¿Hasta eso inventaron? ¿Cuánto puede costar algo así? Jajajajaja. Y yo lo único que pensaba era: 'Espero que los míos de hoy no tengan agujeros. Le pido a Dios que mi mamá los haya controlado cuando los lavó'. Me quedé ahí sentado por 20 minutos haciéndome que miraba algo realmente importante en el teléfono. Lo único que quería era perder el tiempo. Empezaron a mirarme con cara de '¿Todo bien, hermano? ¿Te pasa algo?'. Nunca me sentí tan chiquito».