¿Un espejo para las autonómicas?

Manuel Blanco ANÁLISIS

ELECCIONES 2016

27 jun 2016 . Actualizado a las 05:00 h.

Dicen algunos gurús populares que, en las autonómicas, la clave de voto será otra. Que los múltiples males que acechan al partido en Madrid tendrán un impacto más moderado entre sus filas cuando los gallegos seamos citados de nuevo ante las urnas para elegir al inquilino de San Caetano. Si esta letanía es uno de esos mensajes destinados a inyectar ánimos entre los suyos es algo que solo ellos saben, pero lo cierto es que motivos para preocuparse aún tienen. Basta un simple vistazo a los resultados de ayer en la provincia de Pontevedra para concluir que el escenario para los de Feijoo no está en absoluto despejado pese al llamativo avance registrado anoche contra pronóstico. La suma de En Marea y PSOE sigue acechando la hegemonía de la gaviota en buena medida porque los primeros, pese a desinflarse un tanto, siguen pescando en ciudades y pueblos entre esa otra marea social que conforman descontentos, parados, víctimas de la crisis y ciudadanos hartos de las gamberradas que han trufado la actualidad patria a lo largo de los últimos años. Para los segundos, la tarde de ayer tuvo un sabor agridulce. El partido del puño y la rosa recortó distancias con los socios de Podemos, pero no pudo evitar que, como en diciembre pasado, se consumase el sorpasso en una provincia que representa hoy día la punta de lanza de su poder institucional. Al PP le queda además la esperanza de intuir que muchos de los miles de apoyos que logró Ciudadanos en la provincia podrían volver a su bolsa en las autonómicas, habida cuenta de las dificultades de la formación naranja para edificar un proyecto creíble para Galicia. El panorama para el quinto actor en liza, el BNG, resulta crítico para su futuro porque no logra cuajar como alternativa. En noviembre saldremos de dudas...