El debate que agotó los debates

Juan Carlos Martínez REDACCIÓN / LA VOZ

ELECCIONES 2016

Las redes acusan a Rajoy y a Sánchez de falta de diálogo y condenan la crispación entre los dos candidatos

16 dic 2015 . Actualizado a las 08:23 h.

El segundo gran debate televisado de la campaña parece haber llevado este formato hasta el agotamiento. La actividad virtual referida al encuentro entre Mariano Rajoy y Pedro Sánchez dominó durante las horas previas y permaneció viva durante el debate (extrañamente, la cuenta de Twitter de Rajoy emitía mensajes mientras su titular se pegaba con Sánchez), pero ayer por la mañana ya eran tendencia otras cuestiones más profanas.

Las webs especializadas resaltan que la palabra más destacada en los impactos del debate es «corrupción». Los tuiteros y los usuarios de Facebook se fijan sobre todo en dos aspectos: la incapacidad de los candidatos para escucharse y su tono insultante. De la primera condición, el resultado es el aburrimiento y la impresión de que la audiencia de futuros enfrentamientos entre dirigentes políticos caerá en picado si no van un paso más allá del recitado de argumentarios. De la segunda, un cierto refuerzo de las posiciones de los candidatos ausentes. Y una tercera conclusión es que de las tres personas presentes en el plató, la que sale más airosa es el moderador, a quien numerosos usuarios de las redes compadecen por haber resistido e incluso mostrado un cierto entusiasmo en medio del diálogo de sordos. Un tuit de @ferranmartin lo resume así: «El ganador del debate es Campo Vidal. Los perdedores, claramente nosotros».

Los humoristas, sin embargo, no perdieron el tiempo. Sacaron jugo a los errores, como el de Rajoy exclamando «¡Ruiz!» cuando quería decir ruin, o el de Sánchez y su sintaxis, esta sí ruin, al decir: «Esto va de usted y yo». Los creadores de imágenes trucadas se aprovecharon del uso continuo de papeles y chuletas. Los dos líderes aparecen así rellenando quinielas, leyendo revistas subidas de tono o enseñando dibujos infantiles. Otros memes recuerdan la avanzada edad de este formato y reconvierten las imágenes a todo color de la noche del lunes en emisiones en blanco y negro en televisores de pantallas redondas o con el marchamo del No-Do sobre impreso.

Vuelta al papel

Aunque su universo propio es digital, Podemos contraataca en el formato papel. La cadena FNAC, fundada en los años 50 por trotskistas franceses, regala a quien compre dos obras de ensayo un libro para colorear, con la advertencia de que es para mayores. En él se define a Ada Colau y a Manuela Carmena como «alcaldesas épicas» y en cambio Angela Merkel es «el rostro del que zarparon los mil recortes». La banca aparece representada por un señor que se parece como un gemelo a Bárcenas. Se supone que los lápices que deben acompañar al libro no serán solo de color morado.