Cómo aumentar la participación en clase

S. C. REDACCIÓN / LA VOZ

EDUCACIÓN

Hacer un círculo es una forma sencilla de que los alumnos se vean cuando comparten opiniones
Hacer un círculo es una forma sencilla de que los alumnos se vean cuando comparten opiniones MARTINA MISER

La Maestra del Año en California comparte una serie de trucos para fomentar en el aula la actitud proactiva entre sus estudiantes adolescentes

09 sep 2019 . Actualizado a las 05:00 h.

En cada clase hay un grupo pequeño de alumnos que participa activamente. Una gran mayoría permanece en un segundo plano, a veces sin ninguna presencia activa. Para muchos profesores, es un problema conseguir que estos estudiantes rompan con la timidez, inseguridad o miedo para integrarse de una manera más proactiva, lo que repercutiría necesariamente en su aprendizaje.

Rosie Reid, una profesora de Lengua en California, ganadora del premio Maestra del Año en California 2019, comparte en la web de educación Edutopia alguno de los trucos que ella aplica en clase para involucrar a todos los estudiantes. Estimular la participación exige una planificación cuidadosa y cierta paciencia:

  1.  Contra la dominación de unos pocos. Es uno de los mayores temores de un profesor. Para evitarlo cuando hay muchas manos levantadas ante una pregunta, Reid propone buscar alternativas a señalar al mismo alumno de siempre. Así, piensa opciones para que hable primero el que tenga el pelo más largo, o quien tenga más cerca el cumpleaños, por ejemplo.
  2.  Primero escribir. Reid propone a sus alumnos que escriban la opinión antes de decirla en voz alta. Así, mientras ellos trabajan, ella pasea por la clase y les deja notas a los estudiantes más tranquilos o menos seguros para que compartan su opinión; también puede ayudar a los que están atascados.
  3. Más confianza entre ellos. Cada tres semanas los estudiantes tienen una pareja (a la que también se une otra "pareja") para trabajar un tema concreto, a la que deben saludar todos los días con un apretón de manos y sobre el que tienen que saber su nombre (con ortografía y pronunciación, algo más necesario en Estados Unidos) y algún dato que no se pueda deducir sin hablar con ellos. Al cabo de las tres semanas, cada alumno debe agradecer a su compañero alguna cosa y compartir con el resto lo que fue el mejor momento. Al final de curso, todos han trabajado con todos.
  4. A favor o en contra sin voz. Cuando hay una discusión en el aula, los alumnos deben mostrar su acuerdo o desacuerdo con el orador; para evitar un tumulto, Reid les enseñó los gestos de "sí" y "no" en lenguaje de signos. Así consigue que estén atentos y comprometidos
  5. Autoevaluación. Al inicio de curso deben ponerse una meta cualitativa y cuantitativa en participación y esa meta se va repasando y ajustando cada ciertas semanas. Así encuentra un equilibrio entre los alumnos y les hace ser consciente de su exceso o defecto de participación (cuantitativa); también deben analizar si han desarrollado ideas de otros o se han apoyado en opiniones ajenas para explicar sus ideas (cualitativa)
  6. Una pelota para hablar. Es un truco clásico que funciona muy bien en grupos no muy grandes: solo habla el que tiene la pelota y no se puede recibir por segunda vez si hay gente que nunca la ha tenido antes. Reid aconseja este sistema en asuntos emocionalmente muy intensos, para asegurarse que todos participan.
  7. Pareja musical. Los alumnos se mueven por aula mientras suena una canción; cuando para han de compartir su opinión sobre el tema dado con el que tengan más cerca. Un minuto (de reloj) cada uno.
  8. Seguimiento. La profesora tiene una lista de nombres y va anotando cada vez que habla uno mientras los estudiantes charlan en parejas. «Estoy segura de que no capto todo, pero el hecho de seguir la pista me obliga a notar los patrones de participación del aula», dice.