«Señora ministra, si no va a llevar esto hasta las últimas consecuencias, no lo empiece»

EDUCACIÓN

El panel de expertos dedicado al acceso a los estudios lo tiene claro: hay que endurecer el acceso, garantizarles una formación práctica de calidad y años suficiente de preparación en contenido y didáctica

17 may 2019 . Actualizado a las 13:30 h.

El primer panel de expertos ha estado dedicado a la formación inicial de los docente, y ha contado con ponentes de primera línea: José Antonio Marina, catedrático de Filosofía y pedagogo, autor del Libro blanco de la profesión docente, encargado por el equipo de José Ignacio Wert; Miquel Martínez Martín, formador de profesores y docente en la Universidad de Barcelona; Mireia López Beltrán, profesora de Matemáticas en secundaria (doctora en Didáctica de la Matemática) y docente y tutora en el máster del profesorado en la universidad Pompeu Fabra; y Carmen Fernández Morante, decana de Ciencias de la Educación en Santiago pero que asistió a la tertulia como presidenta (acaba de tomar posesión) de la Conferencia de Decanos de Educación. Para conocer a fondo los trabajos de los que se va a hablar durante el día de hoy, el Ministerio de Educación ha colgado en su web una amplísima documentación de los ponentes, con sus principales trabajos y propuestas. Jesús Jiménez, ex director general de Universidades de Aragón, fue el moderador de este panel. «La profesión se aprende con el tiempo, pero conviene aprender antes de trabajar», dijo a modo de declaración de intenciones.

José Antonio Marina, ejerciendo de sí mismo, fue expeditivo con la ministra: «Recomendaría a la ministra que si no va a llevar esto hasta las ultimas consecuencias, que no lo empiece, que lo deje. Es un tema complejo que no podemos manosear más», y lo cierto es que sobre los expertos que hablaban de la formación inicial de los profesores flotaba cierto pesimismo. Como explicó al final Miquel Martínez, la diagnosis de la situación ya está más que estudiada pero falta cambiar, y no todo de golpe (se hablaba de la gestión de la Universidad, con mayúsculas) sino empezar por lo más fácil. Lo mismo decía Marina: «Lo ideal sería contar con un presupuesto del 7% de PIB, pero no podemos no hacer nada hasta llegar ahí».

Pruebas complementarias a la selectividad

¿Y qué propuestas se pusieron sobre la mesa para esta primera fase de la formación de docentes? Todos estuvieron de acuerdo que la selectividad era fundamental pero no implicaba que se eligiese a los mejores. Martínez aportó ideas surgidas del programa MIF que hay en Cataluña (de formación de docentes). Allí primero se pedía un 5 en Lenguas y últimamente se ha hecho con gran éxito una doble prueba de habilidades (competencia comunicativa y razonamiento crítico y otra prueba de razonamiento matemático). Descubrieron que este segundo sistema daba mejores resultados: mejoraba el prestigio de la carrera entre los estudiantes de bachillerato, cambiaba el perfil del estudiante que accedía al grado (con mayor competencia comunicativa) y servía de filtro porque solo el 40% de los que se presentan a las pruebas (después de superar la selectividad) las pasaban.Eso, recalcó Martínez, rebajó inicialmente los números de matrícula pero está aumentando el total de aspirantes. Morante añadió a las habilidades comunicativas otras como tolerancia o rigor intelectual. Así, explicó la decana de Santiago, se limitaría el abandono de la carrera, tan traumático para el alumno y molesto para la universidad, como incidió López Beltrán.

«El Practicum no funciona», Carmen F. Morante

Precisamente, el número de estudiantes es algo que preocupa a los decanos de Educación. Carmen Morante, verdadero azote dialéctico del siempre polémico Marina y muy aplaudida por el público, repitió el mantra de su colectivo: hay que equiparar la cantidad de egresados a la demanda del sistema. También presumió de la autocrítica de su colectivo -«otros no la han hecho», dijo- y enumeró los problemas que hay hoy en las facultades: las ratios son un lastre si se quiere potenciar la parte práctica; las horas de práctica en clases reales (Practicum) están desvirtuadas y es casi inútil, porque ni se prepara ni se acompaña o reflexiona por falta de tiempo; desde el 2007 los planes de estudio no están ni revisados ni modificados;y la figura del profesor asociado (aquel de fuera de la universidad que da algunas clases) es precaria y se usa para resolver problemas estructurales.

«Se ha terminado el tiempo del profesor aislado., ahora la unidad fundamenta es el claustro», J. A. Marina

Marina se preguntó si el Practicum tenía utilidad cuando no sabe de nadie que lo haya suspendido, a lo que Morante le contestó que no sabía «que el éxito fuese un problema». Mireia López Beltrán, por su parte, reconoció que hay que escoger muy bien los tutores del Practicum, algo difícil, respondió Morante, cuando hay que "colocar" a tantos alumnos.  Beltrán abogaba por prácticas de dos alumnos, para fomentar el aprendizaje entre iguales, la coevaluación y el trabajo en equipo. Esto último fue muy destacado por Marina: «Se ha terminado el tiempo del profesor aislado., ahora la unidad fundamenta es el claustro».

Más relación escuela-universidad

También se habló mucho de la relación escuela-universidad, y Martínez mencionó los 40 equipos de investigación mixta (unas 400 personas) que hay en Cataluña, donde se investiga con intención de poder llevar los resultados a las aulas, y viceversa. Morante abogó por que el trabajo de fin de grado esté vinculado a la experiencia del Practicum, que es el 20% de la formación, y que supondría una aproximación a la investigación para los maestros. Y todos valoraron la figura del profesor vinculado, a medio camino entre la facultad y la escuela y de la que Mireia López parecía representante. Finalmente, López Beltrán hizo un resumen de la relación escuela-universidad aludiendo al «voluntarismo», que es «lo que nos queda cuando no hay soporte. Lo interesante es cada día haya un poco menos de voluntarismo» y más de organización y reconocimiento.