Doce claves para «flippear» en el aula

s. c. ZARAGOZA / E. E.

EDUCACIÓN

sara carreira

¿Cómo se hace Flipped Classroom, «la clase al revés»? Sus creadores ofrecen consejos

16 oct 2016 . Actualizado a las 05:00 h.

En el segundo Congreso Europeo de Flipped Classroom (la clase al revés), uno de sus impulsores, Jon Bergmann, explicaba a los participantes las doce claves para que funcione esta didáctica. ¿En qué consiste? El profesor graba en vídeo la teoría, que los niños ven en su casa; al llegar a clase es cuando la ponen en práctica, con la ayuda del profesor. Supone acompañar al alumno en la parte más difícil del aprendizaje (la aplicación de la teoría y su análisis) y la eliminación de los deberes como los conocemos. Pero también puede suponer errores, y Bergmann los cometió (casi) todos:

 1. Los vídeos, cortos

Hay que entender a quién van dirigidos. No se aconseja usar este sistema con niños pequeños (solo si participan los padres). A partir de 8 años sí pueden usarlo, pero no deben durar más de 8 minutos (de ahí, entre 60 y 90 segundos por año) para llegar a secundaria con 15 minutos máximo. A veces es mejor dos vídeos de 5 minutos que uno de 10.

2. Añadir en vez de sustituir

No se trata de sustituir la explicación real por la digital. Hay que añadir vídeos, imágenes o gráficas que ayuden a los alumnos a entender mejor la teoría.

3. No repetir el vídeo en el aula

Es un error común, pero hay que resistirse. Si el profesor lo hace, los alumnos que lo han visto no cometerán ese error otra vez. Para eso es fundamental seguir el consejo 10, y, como ideó un profesor, destinar una pequeña parte del aula para que quienes no han podido ver el vídeo lo hagan.

4. El acceso al vídeo debe ser fácil

No se lo pueden poner muy difícil a los alumnos, si uno tiene que entrar en la web y darle a mil pestañas, la mitad de la clase no lo verá. El acceso debe ser sencillo, con un código QR, por ejemplo. En las zonas o para los alumnos que no tengan wifi en casa, una opción es poder descargarlo en el colegio y verlo más tarde. Hay que tenerlo en cuenta.

5. El maestro tiene que ser activo

Nada de tarimas, ni de escritorios. El profesor debe moverse por la clase, estar paseándose por los pupitres o grupos. No puede esperar a que el alumno le pregunte. Es la gran fortaleza de este sistema.

6. No rendirse

Algunos profesores, dice Bergmann, ponen en marcha la clase al revés pero si no obtienen resultados, lo dejan. ¡Error! Hay que analizar en qué se falla (poner vídeos de otro es muy habitual) e intentarlo más.

7. Pensar en los que no lo entendieron todo, pero sí parte

A veces los alumnos entienden una parte pero no toda. Un profesor lo solucionó de forma sencilla: hacía 5 preguntas en el vídeo y al llegar a clase veía qué habían contestado. Quienes tenían algunas dudas volvían a ver el vídeo con el profesor en la parte que no comprendían, mientras el resto hacía ejercicios. Ningún alumno se le perdía.

8. Hacer las clases muy interactivas

El maestro tiene que estar muy atento y conseguir activar a los alumnos. Hacer experimentos, provocar su curiosidad. No es solo repetir ejercicios. «El Flipped se puede hacer con un lápiz y un papel, pero nunca con un profesor sentado tras su mesa», describe su impulsor.

9. Irrenunciable: el vídeo debe ser propio

Es el punto más difícil al principio. Por pereza (el temario es enorme), miedo a hacerlo mal, vergüenza... Pero Bergmann no ceja y cuenta la historia de un docente de Ohio: solo el 40-60 % veía los vídeos y consultó con Bergmann qué podía hacer; convencido, decidió hacer sus producciones y ahora el 100 % de sus alumnos ve la teoría en casa. Si para un profesor resulta inabarcable, siempre puede trabajar en equipo con otros maestros y compartir los vídeos.

10. Enseñar a los alumnos a ver el vídeo

Es un tiempo de preparación importante, a veces de semanas. Las primeras clases se ve el vídeo en común y se enseña a tomar notas. Después, ellos practican con los cascos en clase y así hasta que están listos para hacerlo solos en sus casas.

11. Involucrar al claustro y a los padres

«Me ha dicho mi hijo que usted ha dejado de explicar los temas». Así descubrieron Bergmann y Sams que antes de aplicar Flipped hay que informar a los padres. Como la comunicación escuela-padres puede ser deficiente -el niño no siempre es el mejor conducto-, lo mejor es realizar reuniones y comunicarse vía e-mail, por ejemplo. La dirección del centro es básica: «Sin el apoyo de los líderes -recalca Bergamnn- no se puede aplicar a largo plazo». Los directivos pueden dejar tiempo a los maestros para esas labores iniciales que llevan tanto trabajo: grabar los vídeos, repensar la clase, hablar con los padres...

12. La clase debe ser significativa

Es el consejo más importante: hay que hacer del tiempo en clase un tiempo significativo, en el que el alumnado aprenda, disfrute, descubra. Debe tener sentido, importar, interesar. El profesor ha de saber que dispondrá de mucho más tiempo en el aula, así que puede preparar unos ejercicios individuales y afianzar lo aprendido, pero después tiene que hacer más cosas, como proyectos de investigación en grupo.

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