Los bibliotecarios de la Universidade tendrán función de formadores

Tamara Montero
tamara montero SANTIAGO / LA VOZ

EDUCACIÓN

El servicio ha redactado un plan estratégico para reforzar su papel

27 ago 2011 . Actualizado a las 06:00 h.

Las bibliotecas universitarias de la USC son más que un depósito de libros a los que los estudiantes acuden para hacer trabajos y completar sus apuntes. Entre este año y el 2014 aspiran a convertirse en verdaderos centros de información a los que acudirán todos los miembros de la comunidad universitaria como un paso fundamental para avanzar en formación e investigación.

Al menos eso es lo que plantea el plan estratégico para el servicio de biblioteca universitaria -que lleva gestándose en el seno de la institución desde el 2003 y que en el 2008 por fin arrancó definitivamente-, que destaca un cambio fundamental en los que trabajan en estos espacios de estudio y cultura: los bibliotecarios.

Bolonia exige un profundo cambio en la metodología docente en la que se incluye, por ejemplo, la inserción de la competencia informacional. ¿Qué significa? Pues básicamente que los estudiantes sean capaces de buscar, acceder y gestionar la información de manera autónoma. Según el plan estratégico de la Universidade, los bibliotecarios tendrán mucho que ver en ese proceso, y llegarán a convertirse en verdaderos «bibliotecarios formadores» que ayuden a los miembros de la comunidad universitaria a desarrollar esas nuevas competencias.

¿Cómo? El plan presentado ante el Consello de Goberno incluye el desarrollo de un programa transversal y continuado de adquisición de la competencia informacional y la promoción de esa figura del bibliotecario formador. Finalmente, plantea la puesta en marcha de acciones formativas adaptadas a las necesidades del profesorado y los investigadores y del personal de administración y servicios.

Nuevos canales

La biblioteca universitaria también quiere potenciar la comunicación con los docentes e investigadores de la institución para así ofrecer nuevos recursos, facilitar el acceso e incluso ofertar asesoramiento personal y virtual en el uso de sus servicios.

Los nuevos canales de comunicación pasan por la realización de un estudio que revele las necesidades del PDI por área de investigación, así como la creación de mecanismos estables de coordinación que les permitan trabajar en equipo. También la visibilidad de la producción científica de la Universidade compostelana será una de las prioridades del servicio de biblioteca.

Asimismo, el uso de las TIC ha supuesto ya una verdadera revolución en el papel de las bibliotecas. El servicio tiene claro que en los próximos años continuará combinándose el servicio presencial con el virtual, pero afirma que es probable que el futuro como biblioteca física pase «por potenciar a súa natureza como un espazo para a reflexión e o traballo persoal» así como un lugar de encuentro.

Por eso, otra de las prioridades del plan en cuanto a su servicio a los usuarios es la dotación de una infraestructura que ofrezca todos los equipamientos necesarios para combinar actividades de estudio, docencia e investigación y espacios multifuncionales que permitan trabajo individual y en grupo.

El esfuerzo será considerable y significará un cambio en el modelo organizativo del servicio, así como el impulso de actividades formadoras para su personal y la cooperación con otros servicios de la USC.