La eólica gallega ya cuenta con un sistema que evita colisiones de aves en los molinos

Incrementar la protección de la avifauna en los parques eólicos, con el fin de reducir el impacto de este tipo de instalaciones, es el objetivo del sistema Makemake, diseñado por la empresa coruñesa Instra Ingenieros, en colaboración con Gradiant (Centro Tecnológico de Telecomunicaciones de Galicia). Aunque el dispositivo acaba de ser lanzado al mercado, ya opera en un recinto en Galicia, además de registrar una puesta de largo pública en la última edición de la feria Enerxética, celebrado recientemente en Silleda.

El sistema consta de varias cámaras, que van ubicadas en la torre del aerogenerador —aunque también puede ser situado en una zona anexa, para dar servicio a varias máquinas a la vez— que permiten tener una visión de 360 grados del entorno. Estas van conectadas a un sistema de computación que aplica los algoritmos de inteligencia artificial que contiene el software diseñado por Gradiant, que analiza las imágenes en tiempo real. Es así como se detectan todo tipo de aves, y se clasifican según su tipología e interés. 

Posibles respuestas

Cuando se detecta un ave, el equipo envía una alarma al sistema de control del aerogenerador, que activa el mecanismo para actuar sobre esa presencia. Si hay posibilidad de colisión, pueden tomarse tres acciones, explica Laura Rodríguez, responsable de Desarrollo de Negocio en Instra Ingenieros. Por un lado, se puede emitir una señal para que el pájaro varíe su rumbo, y por otro, ordenar o bien la ralentización del funcionamiento del aerogenerador o, en los casos más extremos, su parada.

Aunque la tecnología utilizada permite la clasificación de un conjunto de especies protegidas, también se puede ampliar para recoger los datos e información de los tipos de aves específicas de cada zona. Según la información proporcionada por la empresa, «esta capacidad se basa en el entrenamiento de las redes neuronales para que sean capaces de diferenciar visualmente los grupos de aves por determinadas características», como el tamaño del pico y la envergadura de las alas, entre otros.

Además, explica Laura Rodríguez, también puede adaptarse a parques ubicados en climas extremos, y utilizarse en aquellos recintos que funcionan en alta mar. Un aspecto crítico para este tipo de sistemas, por cuanto la electrónica es muy sensible y tiene que estar protegida frente a posibles deterioros.

Además, la empresa —que ofrece un servicio de actualización tecnológica y de integración con los aerogeneradores para cubrir todo el ciclo de vida de las máquinas— insiste en que «los algoritmos, para que sean efectivos, deben ser entrenados con una amplia base de datos de imágenes de aves y particularizados para cada ubicación».

Por el momento, el Makemake —bautizado así en honor a un dios de la Polinesia, culto del pájaro-hombre, que era adorado bajo la forma de pájaro marino— ya opera en un parque de la comunidad, aunque por motivos de confidencialidad con su cliente, la firma prefiere no concretar en dónde. 

Dimensión internacional

Instra Ingenieros, con sede en el polígono de Pocomaco, cuenta con oficinas también en Vigo, Madrid, Zaragoza, Barcelona, Holanda, México, Colombia y Shanghái. Su actividad se estructura en cuatro áreas: Energía —volcada en las fuentes renovables y sus infraestructuras asociadas—, logística, industria y tecnología. Cuenta con una plantilla global formada por alrededor de 150 personas.

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