Piden la condonación para que cada Gobierno disponga de margen para invertir en la recuperación. La propuesta es parecida a la que en el 2015 hizo el entonces ministro de Finanzas griego, Yanis Varoufakis, sin éxito. Y las instituciones repiten otra vez su negativa, de modo que habrá que convivir con esa ingente masa de deuda durante años, muchos años.
Los expertos destacan que, aunque con los actuales tipos bajos, su peso no es un problema, lo será si suben. Advierten de que sería irresponsable cerrar los ojos al hecho de que el covid está llevando el endeudamiento a niveles próximos a lo insostenible, por lo que se impone pensar en cómo embridarlo. Solo hay dos opciones: vía crecimiento de la economía (al bajar la deuda sobre el PIB) o reduciendo el déficit público. En cualquier caso, hacer reformas será imprescindible para que lleguen los fondos europeos y la posibilidad de quitas no se contempla. Sería un círculo vicioso que no beneficiaría a nadie, ya que la condonación disminuiría el capital del BCE, que tendría que ser repuesto por los Estados, a los que se les había perdonado.