José Ignacio Goirigolzarri: el hombre que mantuvo Bankia a flote encara su última misión

c. p. REDACCIÓN / LA VOZ

ECONOMÍA

J.J. Guillén

El presidente del futuro banco deberá dirigir la salida del Estado de la entidad

17 sep 2020 . Actualizado a las 22:06 h.

El presidente del futuro banco, José Ignacio Goirigolzarri (Bilbao, 1954), ha logrado culminar uno de sus más ansiados deseos: la fusión de Bankia. Ha sido un trayecto largo y polémico. Ocho años en los que no solo se le encomendó reflotar el banco -pidiendo un rescate histórico de más de 22.000 millones de euros nada más aterrizar en la entidad-, también tuvo que ejecutar 6.000 despidos durante su mandato y defenderse de los ataques viscerales a su gestión de quien depositó la entidad -ya moribunda-en sus manos, el exministro Rodrigo Rato. Aún pendiente de la sentencia del caso Bankia y su salida a bolsa, Goirigolzarri tendrá como principal cometido dirigir la transición del banco hasta deshacerse de la participación del Estado. Es el hombre en el que confía el Gobierno para culminar con éxito la operación.

Esa confianza se la ganó a pulso durante los años que trabajó con exquisita lealtad en el Banco Bilbao (desde 1977) y en el BBVA como consejero delegado (2001), encargado de la expansión de la entidad por América Latina. Siempre, eso sí, a la sombra de su expresidente, Francisco González, quien acabó traicionándolo y se deshizo de él en el 2009 por un módico precio: una pensión de 68,7 millones. Su salida no fue ni mucho menos traumática. Ni en lo económico ni en lo personal porque Goirigolzarri invirtió el parón en seguir con sus estudios de Filosofía hasta que Rato levantó el teléfono. Ahí comenzó la saga de Bankia y la aventura para mantenerla con vida. Para algunos fue el salvador de la entidad, para otros un simple peón del Gobierno para tapar las vergüenzas de la anterior directiva. Sea como fuere, cumplió su misión.