Bruselas investiga si Amazon usa datos de usuarios para blindar su monopolio

Cristina Porteiro
Cristina Porteiro BRUSELAS / CORRESPONSAL

ECONOMÍA

Thilo Schmuelgen | reuters

Examina si emplea información de minoristas que venden a través de su portal

17 jul 2019 . Actualizado a las 20:20 h.

Bruselas amenaza con asestar otro revés a los gigantes digitales tras abrir una nueva investigación en profundidad que tiene como protagonista al rey del comercio electrónico: Amazon. La Comisión Europea anunció ayer que sus pesquisas preliminares apuntan a que la empresa estadounidense pudo haber incurrido en prácticas anticompetitivas al haber abusado de su posición dominante en el mercado de la venta on-line al por menor (91 % del volumen de negocio) para conseguir datos sensibles de vendedores independientes con los que consolidar su monopolio.

Amazon no solo funciona como minorista, también tiene articulada una plataforma de venta para comerciantes independientes que, a cambio de comisiones por venta y uso de la red, emplean su bazar virtual para llegar a los clientes. Según admite la comisaria de Competencia, Margrethe Vestager, la compañía pudo haber utilizado su posición de dominio para recolectar esos datos sensibles de los vendedores con fines lucrativos que podrían afectar a la competencia y derivar en una mayor concentración de poder. No solo eso. Amazon pudo exigir en sus contratos bilaterales la cesión de esta materia prima digital (datos agregados del volumen de ventas, tallas, momento de compra, origen y otra información del perfil de cliente) a cambio de ofrecer a los comerciantes una posición de mayor visibilidad en las cajas de «recomendados» asociados a ciertas búsquedas de artículos, una estrategia que aumenta las probabilidades de que los consumidores añadan los productos a su carrito de la compra. Se sospecha que, con los datos recopilados, la compañía de big data ha estado alimentando sus algoritmos para saber cómo primar sus propios productos sobre los de la competencia y ganar posición en la caja de compras recomendadas que despliega en la web y donde se producen la mayoría de las ventas. Se trata de una práctica anticompetitiva, según las normas de la UE. Bruselas ha pedido 700 gigabytes de datos a la compañía para analizar su uso y trabaja en plena coordinación con las autoridades alemanas, austríacas, luxemburguesas e italianas, quienes también están investigando a la multinacional.

«Los consumidores europeos cada vez compran más en línea. El comercio electrónico ha impulsado la competencia minorista, más opciones de compra y mejores precios. Necesitamos garantías de que las grandes plataformas on-line no eliminan esos beneficios a través de comportamientos anticompetitivos. He decidido investigar muy de cerca las prácticas empresariales de Amazon y su papel dual como minorista y como mercado», aseguró ayer Vestager.

La danesa ha cobrado gran notoriedad en el actual Ejecutivo comunitario por su actitud implacable con los gigantes digitales estadounidenses. Su lucha sin cuartel contra el abuso en el mercado virtual le ha granjeado enemistades en el sector y la animadversión del presidente estadounidense, Donald Trump, quien la acusó de odiar a Estados Unidos. La batalla podría continuar si la danesa repite en el cargo. Para eso necesita que la presidenta entrante, Ursula von der Leyen, le dé rango de vicepresidencia.

Sospechosos habituales

En la larga lista de empresas investigadas por Vestager hay otros sospechosos habituales, como Google, que tiene el récord en volumen de multas impuestas por la Comisión Europea. A petición de Vestager, la compañía fue obligada a devolver hasta 13.000 millones de euros a las arcas públicas irlandesas por haberse beneficiado de un trato fiscal privilegiado e injusto.

La investigación a Amazon también podría desembocar en sanciones financieras si se certifica que aprovechó su posición dominante para apuntalar su plaza o explotar con fines comerciales el uso de información sensible de otros vendedores. Algunos de ellos hicieron saltar la liebre con sus quejas y denuncias al comprobar que la empresa emplea su bazar virtual como reclamo para succionar datos que, a la larga, le podrán servir para eliminar a la competencia. No es la primera vez que la compañía se las ve con Bruselas. Las autoridades europeas le exigieron en el 2017 que devolviera hasta 250 millones en concepto de impuestos no pagados a Luxemburgo. El Gran Ducado pactó con Amazon un acuerdo fiscal a la carta para adelgazar su factura con Hacienda.

Carrefour se alía con Glovo para plantar cara al rey del comercio electrónico

L. P.

Llenar el carro de la compra a golpe de clic no es demasiado habitual entre los consumidores españoles (apenas un 2 % eligen esta opción). Todavía prefieren acudir al supermercado para ver los alimentos que necesitan.

Las cosas pueden empezar a cambiar, porque a partir de septiembre Carrefour ofrecerá un servicio -solo para los clientes urbanos- que permitirá a los consumidores tener la compra en casa tan solo 30 minutos después de haberla hecho efectiva a través de la página web del supermercado. Además, esta opción funcionará todos los días de la semana, incluidos los domingos.

Esta estrategia supone un contraataque directo a Amazon, que hasta ahora era el único que proporcionaba un servicio parecido. Pero, además, Carrefour planta cara así a las nuevas estrategias digitales de Mercadona y Lidl.

La nueva apuesta del distribuidor francés será posible gracias a su reciente alianza con Glovo, la startup española de reparto de comida a domicilio. Además de en España, operará en Francia, Italia y Argentina, pero para ello habrá que esperar a septiembre. Y, por el momento, solo estará operativa en unas pocas ciudades: en Sevilla, Valencia, París, Milán, Roma y Buenos Aires. Esto será solo una primera oleada y la intención es que en los próximos meses se sumen otras urbes. Glovo, empresa fundada en el 2015, está presente en 21 países y en más de 100 ciudades, por lo que parece que la iniciativa tiene recorrido.