La automoción es el nuevo oro de México

Manoli Sío Dopeso
M. Sío Dopeso REDACCIÓN / LA VOZ

ECONOMÍA

En un radio de 300 kilómetros, San Luis Potosí concentra tres plantas de coches y 850 multinacionales de componentes, dos de ellas gallegas

16 jun 2019 . Actualizado a las 10:08 h.

En el corazón de México, en pleno desierto, multinacionales del automóvil de los cinco continentes se despliegan ocupando miles de hectáreas, con un ojo puesto en los rentables balances de producción y el otro atento al molesto vecino de la Casa Blanca.

Ya en su campaña para acceder a la presidencia estadounidense Donald Trump mostró sus cartas con su presión sobre el grupo Ford para impedir la construcción de una planta en San Luis Potosí. El constructor cedió, y el estado mexicano perdió una inversión de 1.600 millones de dólares.

Ahora, y mientras algunos esperaban que la guerra comercial de Trump frenara al impetuoso inversor extranjero, en los suburbios de San Luis Potosí se habla más de la nueva planta de BMW, un gigante de 300.000 metros cuadrados que brilla bajo el sol del desierto, mientras los reclutadores de empleo cuelgan carteles en las plazas principales: «Estamos buscando talento».

En esta capital colonial, de 800.000 habitantes y hasta cinco catedrales levantadas con la opulencia de un falso Barroco, la tasa oficial de desempleo se acerca a cero. Hay música y algarabía en las calles de San Luis Potosí. El municipio se consolida como estado líder del país en el desarrollo del sector automóvil.

De acuerdo con las cifras de la Secretaría de Economía, entre el 2013 y el 2017 en San Luis Potosí aterrizó capital internacional por valor de 6.819 millones de dólares, superando a los estados mexicanos hasta ahora referentes en el sector, como Aguascalientes, Querétaro, Zacatecas o Guanajuato, que en conjunto suman una veintena de constructores de vehículos y más de un millar de proveedores.

Pero lo que está ocurriendo en San Luis Potosí supera todas las expectativas. «Entre 1968 y el 2006 [fecha del anuncio de la implantación de General Motors] solo teníamos 45 compañías automotrices en el estado. Tras el aterrizaje de General Motors, el anuncio de llegada de BMW y la instalación de Goodyear en el 2014 crecimos hasta las 105 compañías. Actualmente tenemos alrededor de 230 empresas, que dan empleo a 82.000 personas, y proyectamos que para finales del 2020 los proveedores de autopartes [componentes de coches] sean 300», explica Héctor Soto Aduna, director del Clúster Automotriz de San Luis Potosí.

El automóvil emplea a 82.000 personas en San Luis Potosí; en Galicia, a 22.000Para poner estos datos en contexto: en poco más de una década, Potosí ha desarrollado una industria de automoción que ya triplica al consolidado sector gallego en número de proveedores, liderado por el grupo PSA desde hace casi 60 años (llevan 116 instalados en suelo gallego), y cuadriplica el empleo directo que genera en nuestra comunidad (22.000 trabajadores en Galicia).

La clave del éxito de está región está en los dos potentes motores: General Motors y BMW, pero también en su posición estratégica y bien comunicada para enfocar la producción al mercado internacional, no solo al americano. De hecho, el constructor germano fabricará en México el Serie 3, para desde allí mandarlo a 40 mercados. 

Presencia española y gallega

«Somos un punto logístico muy atractivo para los inversionistas», explica Gustavo Puente Orozco, secretario de Desarrollo Económico de San Luis Potosí. «Entre San Luis Potosí, Guanajuato, Querétaro y Aguascalientes conformamos el único lugar en el mundo, en un espacio de 300 kilómetros, en el que te vas a encontrar siete plantas armadoras, una planta de motores y más de 850 proveedores», afirma.

Entre todos esos fabricantes de componentes instalados en suelo mexicano, están los grandes grupos españoles del sector. El pasado mes de marzo, el grupo vasco Gestamp, especializado en componentes metálicos de alta ingeniería, inauguró su séptima planta en el país azteca, esta vez en San Luis Potosí, con 74 millones de inversión y 300 trabajadores.

El burgalés Grupo Antolín, uno de los mayores fabricantes de interiores para vehículos del mundo, acaba de anunciar su tercera planta en México, en Cuautitlán, que suministrará el panel de puertas y el panel de instrumentos del futuro Ford Electric.

Grupos de origen gallego también están presentes en la automoción de México. En Puebla está la filial de Viza, que llegó al país de la mano de la carga de trabajo contratada con Volkswagen, aunque el grupo vigués acaba de ser adquirido por el gigante canadiense Magna.

En México también se está abriendo camino el grupo vigués Marsan Transformaciones Superficiales. Comenzó en Celaya (estado de Guanajuato) en el año 2013, y posteriormente, en el 2016, la empresa inició la actividad de una segunda planta productiva de pintura para uno de sus principales clientes en Villagrán. El grupo anunció este año una tercera planta de pintura en Villagran-Celaya.