Esta mariscadora asegura que cada vez son más las mujeres que asumen en el sector labores que, tradicionalmente, parecían ser cosa de hombres, pero reconoce que todavía queda mucho trabajo por hacer
08 mar 2019 . Actualizado a las 05:00 h.Desde hace casi tres lustros, Conchita Martínez trabaja como mariscadora en la cofradía de Aguiño, cogiendo percebes o bivalvos. En la actualidad es la patrona de la embarcación. Precisamente, este es un cometido que todavía ejercen muy pocas profesionales del mar. Es un trabajo arriesgado, especialmente cuando se desempeña la actividad en las rocas, cogiendo crustáceo, o cerca de la costa, capturando percebe. Conchita Martínez reconoce haber vivido algunas situaciones especialmente duras: «Levei moitos sustos e teño pasado medo en moitas ocasións, pero saín adiante. Andar ao ourizo é máis perigoso que ir ao percebe, porque escasea e hai que arrimarse moito a terra, onde rompe o mar. Na embarcación hai que estar moi atenta. No fondo hai pedras que non se ven e o vento tamén é moi fastidiado».
«Todo o que conseguimos as mulleres é grazas á nosa loita. Temos que pelexar moito»
Asegura que cada vez son más las mujeres que asumen en el sector labores que, tradicionalmente, parecían ser cosa de hombres, pero reconoce que todavía queda mucho trabajo por hacer: «O mar é duro, pero eu non o cambio». Junto a otro grupo de mariscadoras de Aguiño, Conchita Martínez dio la batalla, en la década de los noventa, para lograr el reconocimiento del trabajo que efectuaban a bordo de las embarcaciones: «Dicían que iamos calcetar. Xuntámonos e fixemos forza para defender os nosos dereitos».
Esta profesional destaca los logros: «Todo o que conseguimos as mulleres é grazas á nosa loita. As mulleres temos que pelexar moito para conseguir as cousas». Considera que la unidad es la clave para continuar avanzando.