Arranca el millonario plan de desarrollo del franquismo

d. casas REDACCIÓN / LA VOZ

ECONOMÍA

548.000 millones de pesetas para educación, vivienda y sanidad

10 oct 2018 . Actualizado a las 05:00 h.

De que el mundo se mueve por ciclos económicos también fue testigo la sociedad española en las postrimerías del franquismo. Salvando las distancias, claro, sobre todo en materia de derechos y libertades, tal día como hoy se cumplen 50 años del anuncio del II Plan de Desarrollo Económico y Social, que supondría todo un revulsivo para equiparar España con el resto de las economías de su entorno. Estaba presupuestado en 548.000 millones de pesetas (329,3 millones de euros). El régimen ya había comprobado los resultados de su primer programa unos años antes y con las medidas que implementaría a partir del segundo -de aplicación durante tres años- se garantizaría todo un estallido de popularidad, pues se configuraba como «una expresión de solidaridad» y hasta de cierto aperturismo. No era para menos. Con el documento, de nuevo bajo el estímulo del ministro catalán Laureano López Rodó y un equipo de tres mil personas, se quería conseguir la creación de un millón de puestos de trabajo, a la par que aumentar el consumo privado y, sobre todo, erradicar el analfabetismo con una extensa política en materia de educación y sanitaria, además de la construcción de 1.132.500 viviendas.

Pero si por algo se caracterizó este plan fue por el impulso hacia un nuevo modelo económico, detrayendo recursos al campo en favor de la industria con la expansión del sector siderúrgico, la apertura de nuevas refinerías y el aumento de los recursos energéticos, otorgándole mayor preponderancia al gas natural, el petróleo y la nuclear como combustibles preeminentes de esa nueva etapa.

El promotor de este segundo plan de desarrollo, muy implicado en cambiar el rumbo de la política económica del momento quizás ya pensando en el mercado común europeo, tenía un objetivo claro: «Conseguir la elevación del nivel de vida de todos los españoles». Y su propósito lo fijó en una renta per cápita de 56.000 pesetas (336 euros).

Pero, tal y como refleja La Voz de Galicia, del programa destacan estos puntos:

-Desaparición del analfabetismo. Creación de universidades y facultades nuevas.

-Promoción de viviendas a gran escala.

-Renta similar en todos los territorios.

-Paso de una economía agraria a ganadera e industrial.

-Creación de grandes infraestructuras de comunicaciones.

-Mejoras en la Seguridad Social, con más camas y hospitales.