Empresarios de Pontevedra culpan a la burocracia de la marcha de firmas a Portugal

Carmen García de Burgos PONTEVEDRA /LA VOZ

ECONOMÍA

El presidente de la Confederación de Empresarios de Pontevedra sostiene que la solución «es posible que pase por que tengamos que ser más imaginativos y coordinar a todas las administraciones»

23 may 2017 . Actualizado a las 16:15 h.

«No es un tema de precio, es un tema de coste de oportunidad». El presidente de la Confederación de Empresarios de Pontevedra, Jorge Cebreiros, señala directamente con el dedo hacia la lentitud burocrática y administrativa como culpable de la marcha de empresas del sur de Galicia a Portugal. «Si a mí, de repente, me llega un empresario que me dice que necesita 15.000 metros cuadrados para el mes de junio, yo no puedo decirle: 'Tengo un polígono vacío, quince mil metros para usted, pero mientras urbanizo, licito y hago la obra e infraestructuras y le pongo la nave, está dentro de año y medio'. El empresario tiene que tenerlo en junio, no dentro de año y medio».

La solución, dijo, «es posible» que pase por que «tengamos que ser más imaginativos y coordinar a todas las Administraciones para que en el plazo de un mes se pueda urbanizar un polígono y una empresa se pueda instalar. Eso, hoy por hoy, con la estructura organizativa que tenemos en España, es prácticamente imposible. No somos competitivos por velocidad».

No hay deslocalización

El representante de los empresarios pontevedreses quitó hierro al asunto, aunque dijo compartir «la preocupación» que manifestaron en los últimos meses desde la presidenta de la Diputación, Carmela Silva, hasta el de la Xunta, Alberto Núñez Feijoo. Cebreiros pinta, aun así, un panorama menos oscuro. Y es que, dice, «no existen empresas que se estén deslocalizando».

«Sí es verdad -reconoció- que está habiendo inversiones, pero no deslocalización. Estas inversiones son de dos tipos: o bien nuevas iniciativas de negocio, o bien nuevas áreas productivas de empresas ya existentes en Pontevedra que deciden hacer su nueva planta logística o su nueva planta de producción al otro lado de la frontera; o inversiones que no están llegando a Pontevedra y sí están yéndose a Portugal».

Ante las limitaciones legales para vender el suelo industrial por debajo de coste y el elevado valor que este alcanza (hasta 160 euros el metro cuadrado), el presidente de la CEP sugirió la posibilidad de computar factores como la creación de puestos de trabajo o la factura fiscal como parte del precio que paga la empresa.