La pesada mochila de Almunia y los borrones que quedan en su currículo

a. l. BRUSELAS / COLPISA

ECONOMÍA

OLIVIER HOSLET | Efe

El excomisario pocas veces se ha arrugado pese a tener que tomar decisiones de enorme calado político para España

19 dic 2015 . Actualizado a las 05:00 h.

El jueves, cuando se conoció que el Tribunal de Justicia de la UE anulaba la decisión que declaraba ilegal el tax lease naval, todos se acordaron de él. Almunia se fue el 31 de octubre del 2014 y, desde entonces, sus apariciones han sido escasas. No quiere hablar, como pudo comprobar el jueves este periódico, pero no será por ganas, porque si algo ha demostrado Almunia a lo largo de todos estos años es que, para bien o para mal, pocas veces se ha arrugado pese a tener que tomar decisiones de enorme calado político para España; comenzando por las vacaciones fiscales de su País Vasco natal y terminando con el contencioso del tax lease, que le costó graves críticas al ser considerado el malo de la película.

Pero más allá de polémicas políticas de índole nacional, el dirigente socialista dejó la cartera de Competencia tras imponer cerca de 10.000 millones en sanciones, la gran mayoría referidas a cárteles empresariales. Destacan dos: una de 1.471 impuesta a Panasonic, Philips y LG por pactar precios y repartirse el mercado de pantallas de televisión y ordenadores; y la segunda, «histórica», de 1.712 millones, a media docena de bancos por manipular el euríbor. También firmó la multa de 561 a Microsoft por posición dominante en el mercado.

Decisiones que están acompañadas de borrones en su currículo. Quizá el del tax lease es el de mayor relevancia, pero hay otros patinazos considerables. Uno de ellos se conoció 24 horas antes, el miércoles, cuando el TJUE anuló la multa de 790 millones impuesta en noviembre de 2010 por la Comisión a once compañías aéreas, entre ellas Air France o British Airways, por participar en un cartel del sector del transporte de mercancías.