Fontenla no da tregua a Alvariño y, junto a dos vicepresidentes, envía una carta para tumbar la elaboración del presupuesto
17 feb 2015 . Actualizado a las 05:00 h.Desde que llegó a la presidencia de la patronal gallega hace ahora más de un año y medio, el vigués José Manuel Fernández Alvariño solo encuentra piedras en el camino para su gestión interna. Y ello obedece a la implacable estrategia de oposición urdida por el que fue su antecesor en el cargo, el coruñés Antonio Fontenla, quien tiene ahora de mano a Lugo, la misma provincia que en el verano del 2013 aupó a Alvariño a la presidencia del la CEG. Esa alianza ya tumbó el presupuesto del 2014. Y con las cuentas del 2015 se ha abierto un nuevo cisma. Para este mismo lunes estaba previsto que la junta directiva analizase el proyecto, pero la reunión fue cancelada a raíz de una carta enviada a Alvariño por tres vicepresidentes: Antonio Fontenla, de A Coruña; Jesús Quinta, de Lugo; y Luis Novoa Díaz, de Pontevedra.
En la misiva trasladan su malestar e inquietud por la fecha elegida para la celebración de la junta, en medio de festivos; por el hecho de que se incumpliera el plazo de la convocatoria y, sobre todo, porque el proyecto de las cuentas lo ha elaborado la tesorería y no la comisión de economía de la patronal gallega, un organismo que había impulsado el propio Alvariño para garantizar pluralidad territorial y el equilibrio en la elaboración del presupuesto. Una iniciativa nacida, precisamente, para evitar que sucediese lo mismo que ocurrió en el 2014.
En la carta, los tres vicepresidentes plantean que la junta directiva se convoque para dentro de un mes y que, previamente, se reúna la comisión de economía para ejercer sus funciones de analizar las cuentas y proponer las medidas de corrección y equilibrio, además de estudiar la salud económica de la patronal y plantear las iniciativas que garanticen su viabilidad.
Lo más llamativo es que uno de los firmantes de la misiva, Luis Novoa, presidente de los empresarios de Pontevedra, es quien preside también este organismo creado para elaborar las cuentas, lo que plantea el interrogante de por qué no convocó previamente la comisión.
Fuentes consultadas han revelado que esto se explicaría por el proceso electoral de la provincia de Pontevedra, lo que ha dejado a Novoa en una situación de provisionalidad a la espera del resultado.
Constante guerra interna
A la espera de ver qué ocurre con las cuentas del 2015, que deben ser aprobadas por la asamblea general, el mandato iniciado por Alvariño en el verano del 2015 se ha singularizado por una constante guerra interna con la provincial coruñesa.
En febrero del 2014, hace ahora justo un año, Fontenla instó al presidente de la patronal gallega a reclamar a la Xunta el pago de 300.000 euros en facturas pendientes con el Igape (asunto relacionado con la red exterior Pexga). Una iniciativa rechazada por Alvariño, reacio a abrir un contencioso con la Administración autonómica y quien puso en duda las cuentas que había dejado Fontenla, en las que se presentaba un balance con 700.000 euros de superávit.