El G20 aprueba 800 medidas para sacar al mundo del estancamiento

nuria vega BRISBANE / COLPISA

ECONOMÍA

Confía en añadir un impulso del 2,1 % al crecimiento económico hasta el 2018

17 nov 2014 . Actualizado a las 09:09 h.

Seis años después de la caída en desgracia de Lehman Brothers y del cataclismo que desató su bancarrota, la economía del planeta sigue sin levantar cabeza. No han atinado hasta ahora los líderes mundiales con la receta apropiada para sacarla del fango. Pero, por medidas que no sea. Hasta 800 han aprobado este fin de semana los dirigentes del grupo de los 20 países más poderosos del globo (G20), reunidos en Brisbane (Australia). Todas ellas dirigidas a un mismo fin: favorecer la creación de «millones de puestos de trabajo» e impulsar el producto interior bruto mundial un 2,1 % por encima de las previsiones de aquí al 2018. ¿Cómo? inyectando dos billones de dólares (1,5 billones de euros) extra en los cuatro próximos años para estimular la actividad y sacar al mundo del estancamiento.

Para ello se combinarán políticas de apoyo a la inversión y el consumo con reformas estructurales, una hoja de ruta que coincide con la española según destacó Mariano Rajoy. El plan concede una gran importancia a las infraestructuras, capítulo en el que se estima que, hasta el 2030, habrá un déficit de 70 millones de este tipo de obras. Para subsanarlo se ha acordado la creación del Centro Global de Infraestructuras, que pondrá en contacto a inversores y a promotores de grandes proyectos en todo el mundo. El organismo tendrá sede en Sídney durante los primeros cuatro años.

También hay medidas para mejorar la competitividad, reducir la burocracia, aumentar el empleo femenino... Y reformas para facilitar el comercio, disminuyendo los costes, mejorando las aduanas, reduciendo las cargas derivadas de la regulación y fortaleciendo los servicios.

El Fondo Monetario Internacional (FMI), por su parte, se ha comprometido a «supervisar país por país, acción por acción, reforma por reforma, si se cumplen o no», en palabras de su directora gerente, Christine Lagarde.

Sin avances en evasión fiscal

Mientras, la debilidad con la que la Unión Europea llegaba a la cumbre del G20, atenazada en parte por el llamado Luxleaks -el escándalo de los acuerdos fiscales secretos que Luxemburgo estableció con 340 multinacionales- frenó la posibilidad de que hubiera avances de peso en la lucha contra la evasión fiscal. Los líderes mundiales, encabezados por el estadounidense Barack Obama y la alemana Angela Merkel, se limitaron a acordar un «estándar de información común», aunque sin una fecha concreta para su entrada en vigor.

El primer ministro australiano, Tony Abbott, anfitrión de la cita, quiso enfatizar, no obstante, su empeño en que «las compañías paguen su parte justa de los impuestos y que lo hagan en las jurisdicciones donde se logran sus beneficios». Sin embargo, habrá que esperar todavía varios años para ver resultados concretos. «Comenzaremos a intercambiar información automáticamente entre nosotros y con otros países -anunció- para el 2017 o finales de 2018, una vez completadas las reformas legislativas necesarias». España, según anunció Rajoy, será uno de los primeros Estados en sumarse al programa.

La propuesta que la Comisión Europea pretendía presentar para armonizar el impuesto de sociedades a nivel mundial quedó en papel mojado.

El plan prevé una inyección extra de 1,5 billones para estimular la economía