Damm y Luxempart reordenan sus fuerzas para batallar en la junta del día 12

redacción / la voz

ECONOMÍA

Quieren controlar el nuevo consejo y el expresidente pide dar entrada a fondos

03 sep 2013 . Actualizado a las 11:33 h.

«Existen indicios fundados de que determinadas personas de la cúpula directiva de Pescanova han instruido, ejecutado, llevado a cabo o conocido, en mayor o menor medida, irregularidades contables y financieras» para ocultar la deuda real y lograr financiación, afirma la auditora KPMG en el informe forense al juez Ruz que se hizo público el pasado 10 de julio. El documento señala directamente a a Fernández de Sousa y a otros directivos de haber «diseñado y ejecutado prácticas contables cuyo objetivo era presentar una deuda financiera del grupo inferior a la real y, consecuentemente, una cifra de resultados superior a los realmente generados».

Según la auditoría, el patrimonio neto del grupo al cierre del 2012 era negativo por un importe de 927 millones. Un enorme agujero que, sumado a los más de 3.000 millones de deuda, se traduce en una situación de quiebra técnica de la compañía.

Apenas una semana después de conocerse la situación de Pescanova, Manuel Fernández de Sousa, hijo del fundador de la empresa y al frente de la misma los últimos 37 años, dimitió el día 17 como presidente del consejo de administración de la multinacional. «Todos los errores tienen una explicación, pero no dejan de serlo, por lo que es obligado presentar mi dimisión. Nadie es insustituible y yo tampoco lo soy», confesó a los medios nada más terminar la reunión del consejo (seis horas) en la sede de Chapela.

Damm, el segundo accionista de referencia en Pescanova, comentó a través de un portavoz: «El informe forense de KPMG ha sido tan demoledor que no le ha quedado más remedio que dimitir, lo que equivale a asumir su responsabilidad». Ese mismo día se fijó la fecha para la siguiente reunión del consejo, el 12 de septiembre de este año.

Los socios enfrentados a Fernández de Sousa empezaron a moverse y a mediados de agosto Damm propuso un consejo más reducido y con vínculos con la banca. Pretende reducir a 7 el número de consejeros, excluir a los relacionados con Fernández de Sousa y nombrar como independientes a Juan Manuel Urgoiti, actualmente consejero en Inditex y presidente del Banco Gallego hasta fechas recientes; Ángel Sánchez-Merlo, consejero independiente de la Sareb; y Ángel Legarda, consejero y director general de CAF desde 1993. Estos candidatos cuentan con el respaldo del tercer accionista, Luxempart, que días más tarde decidió reordenar sus acciones -desde el 2012 utilizaba a RBS Dexia como vehículo para controlar esas acciones de manera indirecta-, pero el cambio de titularidad le servirá para plantarse en la junta en Chapela con voz y voto directo.

Mientras, la banca acreedora espera acontecimientos -«no le interesa estar directamente representada en el consejo, [las entidades] ya verán cómo evoluciona el consejo de acreedores y si tienen que entrar o no», apuntó una fuente cercana al proceso. Pero Fernández de Sousa sí reaccionó a los movimientos de sus socios. Propone que en el próximo órgano de representación de la empresa tengan «la adecuada» presencia los fondos de inversión significativos, además de que incluya a «personas con conocimientos y experiencia amplia en el sector pesquero, sector de la acuicultura y de la alimentación».

A finales de agosto entró en juego un actor inesperado. La empresaria Carolina Masaveu anunció que controla el 3,7 % de Pescanova, lo que la convierte en la quinta accionista de referencia.