¿Saliendo del abismo?

Albino Prada
Albino Prada CELTAS CORTOS

ECONOMÍA

05 jun 2013 . Actualizado a las 07:00 h.

El presidente del Gobierno ya nos anticipó que los datos de afiliados y parados registrados de mayo nos iban a dar una alegría. Según él ya habríamos tocado fondo en este drama social. Crecen en 134.000 los afiliados y caen en 98.000 los parados registrados. Dos buenas noticias que conviene contextualizar para no desvariar. Para empezar, recordar que mayo es siempre un buen mes en una economía como la española que depende de las actividades vinculadas al sector turístico. Pero aun con ese dato de aumento espectacular de los afiliados en mayo, la caída interanual se sitúa en el 3,7 % este año, mientras que el año pasado por estas fechas el descenso era del 3,4 %. De manera que con los datos de empleados afiliados de mayo no se puede decir que estemos hoy algo mejor que hace un año, estamos peor.

Esa caída del 3,7 % a la altura de mayo también está por encima de las últimas previsiones que el Gobierno hacía en su actualización del Programa de Estabilidad en abril pasado. Allí se decía que acabaríamos el año 2013 con una retroceso del 3,4 %. Un objetivo difícil de cumplir si, como suele ser habitual, esa tasa a partir de mitad de año no deja de empeorar. Otra cosa es que a día de hoy la caída fuese solo del 2,5 %. Pero es la que es.

El Ministerio de Empleo nos recuerda, con buen criterio, que es más fiable utilizar los datos desestacionalizados para comparar dos meses consecutivos en su variación porcentual. Pues bien, esos datos desestacionalizados nos dan una caída anual idéntica a la ya comentada (3,7 %), pero informan de una mejora mensual ínfima (del 0,03 % frente al 0,83 % de los datos brutos sin desestacionalizar). Pasaríamos de un crecimiento en 134.000 afiliados a otro, muy distinto, de solo 5.600 nuevos afiliados entre abril y mayo.

Por todo lo dicho, convendría tener mucha cautela con los presuntos brotes verdes del empleo en lo que llevamos de año y, en consecuencia, imputar buena parte de la caída del paro registrado al efecto desánimo, retorno o emigración y solo el resto del descenso a contrataciones estacionales vinculadas a la temporada turística. Muy poca cosa para amortizar un abismo de 4.900.000 parados registrados.