Piedras contra el ahorro

Rubén Santamarta Vicente
Rubén Santamarta LA VOZ / REDACCIÓN

ECONOMÍA

El corralito de Chipre, la quita a las preferentes y el anuncio de un impuesto a los depósitos avivan el temor de los pequeños clientes bancarios. El Gobierno mantiene que el dinero de los particulares no se va a tocar

25 mar 2013 . Actualizado a las 03:35 h.

Las noticias esta semana han sido francamente preocupantes para un ahorrador convencional, ese al que le espanta oír hablar de acciones, no digamos ya de bonos, swaps, warrants... Chipre, con su controvertida y contestada quita a los ahorradores, es un punto de inflexión en la política garantista a los pequeños clientes bancarios. Y en España el fantasma se ha vuelto a agitar, con el tajo dado a los clientes con preferentes y deuda subordinada de los bancos nacionalizados; con la pérdida asumida para los inversores (grandes, pequeños y medianos) de Bankia; y con el anuncio del ministro Montoro de recuperar, aunque sea de forma testimonial, un gravamen a los depósitos.

Y con ese cóctel de noticias, no extraña que aparezcan ya analistas que aconsejen el canje de efectivo por oro; la conversión de euros en dólares (la recurrente divisa refugio), y otras ideas oportunistas.

El vaivén de opciones presentadas en Chipre después de anunciar una quita de al menos un 6,75 % demuestra que tocar el dinero de los clientes sale caro. Y no por coste económico, sino por fractura social. La medida, casi unánimemente considerada como desafortunada, invita a pensar que los ahorros no se tocan y que el corralito no pasará de esa isla mediterránea. Esa es la línea argumental que ha defendido el Gobierno durante toda la semana. Pero la pregunta sigue en el aire: ¿Están seguros los ahorros? Sí, con matices y siempre a expensas de lo que pase en la chirriante política europea.

¿Quién garantiza los ahorros en España?

Los ahorradores españoles tienen un mecanismo de blindaje que se llama el Fondo de Garantía de Depósitos. Garantiza un máximo de 100.000 euros por cliente y cuenta. Quiere decir que si en una misma cuenta hay dos titulares, se cubren 200.000 euros. Si el mismo usuario tiene dos, son 100.000 por cada una de ellas. En el resto de Europa hay fondos de garantía propios y con cantidades similares de blindaje. Esos 100.000 euros son, en cierto modo, una cifra intocable.

¿Cómo opera el Fondo de Garantía de Depósitos? ¿Cómo está esa hucha?

Se nutre con las aportaciones de bancos, antiguas cajas de ahorros y cooperativas de crédito. Están casi todas, algo más de 150 firmas de todo tamaño. Al margen, por ejemplo, se encuentran ING y Banco Espírito Santo, con clientes y oficinas en Galicia. Estas entidades están adheridas, por su parte, a los fondos de garantía de Holanda y Portugal. Cada una aporta anualmente entre el 2 por mil y el 3 por mil de sus depósitos. Es decir, en cierto modo es dinero de los propios clientes. El Gobierno puede exigir alguna derrama extraordinaria si ve que la hucha está baja o en números negativos, como ha sucedido alguna vez. Ahora, para poder pagar las preferentes, se va a acudir a esta fórmula. Lo que es una incógnita es cuánto dinero le queda al Fondo de Garantía: ni este da información (solo hasta el 2011, con todo lo que ha cambiado el sector financiero desde entonces) ni tampoco lo hace el Banco de España. Esa hucha no solo sirve para cubrir a los ahorradores: también ha servido para rescatar a tres entidades intervenidas y luego subastadas: Unnim, CAM y Caja Castilla-La Mancha.

¿Ha habido pérdidas cuando se ha intervenido un banco?

No. Salvo los ahorradores con preferentes, deuda subordinada o acciones, los clientes de cualquiera de las diez cajas y bancos que han sido rescatadas con dinero público en los últimos cuatro años no han visto perder ni un céntimo. Otra cosa es que, por miedo (que es libre) hayan decidido irse finalmente a otra entidad.