El presidente responde a Rubalcaba que su plan es «afrontar la herencia» de los socialistas
20 sep 2012 . Actualizado a las 07:00 h.«Esto tardará en producir sus efectos, pero no le quepa la menor duda de que dentro de poco volverá a haber en España crecimiento económico y empleo». De esta forma Mariano Rajoy</b> auguró ayer que su plan de reformas y ajustes dará fruto en un plazo razonable de tiempo, aunque ahora los principales indicadores económicos estén yendo a peor, con una profundización de la recesión y un aumento del paro.
Respondía en la sesión de control del Congreso a Alfredo Pérez Rubalcaba, que le preguntó si tiene un plan para España. Rajoy contestó lógicamente con un rotundo sí y reiteró que sus objetivos prioritarios para esta legislatura son el crecimiento económico y la creación de empleo; y los instrumentos para conseguirlo, la reducción del déficit público, las reformas estructurales y la reestructuración del sistema financiero.
El líder socialista aseguró que en la manifestación del pasado sábado miles de personas habían dicho no al presidente del Gobierno y su política, ante lo que lamentó la respuesta «paternalista y despreciativa» del PP, recordando que la secretaria general, María Dolores de Cospedal, dijo que hasta los que ahora protestan agradecerán en el futuro lo que está haciendo el Gobierno. Frente a ello, enumeró la lista de los que considera damnificados y no tienen nada que agradecerle: los trabajadores, los desempleados, los dependientes, los becarios, los universitarios, los padres de familia, las mujeres y los pensionistas.
«No sabe dónde va»
Rubalcaba señaló que, después de nueve meses en el poder, millones de españoles han confirmado que el PP es un «partido antisocial» y otros se han dado cuenta de que «son unos pésimos gestores porque sus políticas son tan injustas como ineficaces». «Hoy muchos españoles tienen una sospecha y una convicción; la sospecha es que no sabe adónde va y la convicción es que por el camino que los lleva de ninguna manera quieren seguir», concluyó.
El presidente del Gobierno le contestó de forma contundente: «Me preguntaba usted, señor Pérez Rubalcaba, si tenía un plan. El plan es afrontar la herencia que ustedes nos dejaron». Rajoy señaló que había dos opciones: o seguir con las políticas económicas del anterior Ejecutivo socialista «que nos han traído hasta aquí» o cambiarlas, que es lo que ha hecho. «Ya sé que estas son decisiones difíciles, que son complicadas, pero hay que tener coraje para tomarlas y, desde luego, si no las tomamos España no volverá nunca por la senda del crecimiento económico y el empleo», afirmó.
Por su parte, la vicepresidenta Soraya Sáenz de Santamaría aseguró que el Gobierno decidirá si pide o no el rescate cuando analice todos sus términos e implicaciones, «con arreglo al interés general y sin demagogias». Contestaba la vicepresidenta a Soraya Rodríguez, a quien exhortó a que explicara por qué la posibilidad de que el BCE interviniese le parecía positiva al PSOE hace algunas fechas y ahora ha cambiado su postura, cuando está promoviendo la adquisición de compra de deuda soberana en el mercado secundario. La portavoz socialista no respondió a esa cuestión y acusó al Ejecutivo de Rajoy de estar «superado por la realidad» y de ocultar sus verdaderas intenciones. Así, recordó que hace una semana el presidente mantenía que no sabía si pediría o no el rescate, pero lo daba por hecho en la prensa finlandesa, así como también el secretario de Estado de Economía.