La fusión del grupo G-VI mejorará su solvencia y competitividad
18 feb 2011 . Actualizado a las 06:00 h.Un total de seis constructoras gallegas, especializadas en obra civil, han decidido unir sus esfuerzos y abordar un proceso de fusión para sortear los duros momentos por los que atraviesa el sector, con un retroceso importante en el volumen de licitación de obra pública. El proyecto, gestado desde hace meses, podría ver la luz a corto plazo y supondría, de hecho, que surgiese la cuarta constructora de la comunidad en volumen de negocio. En el documento que manejan las partes se cifra la facturación conjunta en el 2009 en un total de 231 millones de euros, y una plantilla estimada de 1.136 trabajadores. Aunque las cifras de negocio reflejadas en los balances de los últimos años arrojan una cantidad menor. La nueva empresa se situaría por detrás de Construcciones San José (1.083 millones de volumen de negocio en el 2009 y 624 en el tercer trimestre del 2010), Copasa (537 millones en el 2009) y el grupo Puentes.
Al proyecto se han unido la coruñesa Arias Hermanos, las compostelanas Construcciones Francisco Gómez, Atlántica de Construcciones y Espina Obras Hidráulicas, la lucense Construcciones Cortizo y la ourensana Proyecon. La culminación del proceso de fusión se realizará después de que las seis hayan acudido juntas a varios concursos públicos bajo la denominación de G-VI. El último ha sido el tramo As Rañas-Lonzas, de la tercera ronda coruñesa, aunque no se lo adjudicaron.
El nombre acuñado se baraja como marca una vez que culmine el proceso de concentración. Según fuentes conocedoras de la operación, el propósito de la unión es fortalecer todas las sociedades que la integran, sin descartar que en el futuro se pueda sumar alguna otra empresa, aunque parece improbable que pueda haber más constructoras interesadas en participar.
De hecho, al propósito inicial se habían unido ocho compañías gallegas, pero dos decidieron apartarse. La documentación que maneja el grupo establece la constitución de una sociedad en la que, en principio, habría participaciones societarias «igualitarias» para el impulso inicial y está previsto que la futura sede del grupo se ubique en Santiago.
Entre los propósitos del núcleo fundacional está «mantener la galleguidad» de las compañías y mejorar su competitividad. La dimensión del nuevo grupo, multiplicando el tamaño de cada una de ellas en solitario, facilitará ampliar el volumen de negocio, sobre todo pensando en las licitaciones internacionales.
La suma de las constructoras permitiría competir en mejores condiciones en las obras públicas en países emergentes. Entre sus objetivos inmediatos estaría participar en concursos para infraestructuras de todo tipo en Brasil, Panamá, Irak o Rumanía, sin descartar su participación en las adjudicaciones futuras que se lleven a cabo en territorio español.