«Estou contenta, os nosos clientes son os veciños e xente de paso»

Rocío Perez Ramos
RocÍo RAmos LALÍN / LA VOZ

LALÍN

Miguel souto

Ianina Popovici cumple un año al frente de A Despensa de Prado, en Lalín

05 nov 2023 . Actualizado a las 05:00 h.

Hace unos días A Despensa de Prado cumplió su primer año de vida. Al frente está Ianina Vasilica Popovici, de origen rumano. La familia ya regentaba desde hace unos años la taberna de la aldea y desde el 2022 se embargaron en esta nueva aventura. Ianina cuenta con la ayuda en los negocios de su hija Anca y hasta hace poco también con la de su cuñada, que acaba de encontrar un empleo en un supermercado que abrirá en Lalín. Ianina cuenta que la animó porque «pode aprender alí máis cousas, ao mellor lle poden pagar algo máis e aquí sempre pode volver».

Aunque «levamos pouco tempo» explica que «a cousa vai cada vez mellor, aínda que agora en octubro e novembro baixou un pouquiño porque esta é unha época máis baixa». Está muy contenta con una clientela cuyo grueso son los vecinos de la parroquia lalinense. Tanto la taberna como el colmado están al pie de la carretera Nacional 525 y eso hace que también por la tienda pasen muchas personas de paso que compran algo.

Cuenta que «dame para os gastos e estou contenta». En verano se benefician también del constante flujo de peregrinos que pasan por el Camino que pasa cerca. Explica que «teño un cartel que pon: tenda a 200 metros, e os que pasan o ven e veñen a mercar». En la taberna les ofrecen también la posibilidad de llevarse o comer allí una ración de tortilla, unas croquetas o una ensalada con alguna bebida. Aparte del restaurante Alto da Pena, son los únicos establecimientos de esa zona donde poder proveeerse de alimentos y bebidas.

El verano y el flujo de clientes son el pulmón del negocio y la época de mayores ingresos. Por la tienda pasan los vecinos que «veñen a por aceite, ou algunha cousa que se les esqueceu». A diario lo que más se vende, apunta, es el pan, la bebida y la fruta.

El establecimiento tira de proveedores locales porque como dice Ianina «hai que dar de comer a quen che da de comer». De esa forma el pan que venden a diario procede de la panadería de Prado y los sábados y los domingos completa la oferta con empanadas. Los sábados de una panadería de la vecina parroquia de Noceda y los domingos de la de Prado.

La apertura en un horario amplio que incluye domingos y festivos hace que tanto los que van de paso como los vecinos de la zona recurran a menudo a A Despensa para comprar alguna cosa que necesiten. Una de ellas suelen ser los dulces. «Merquei un conxelador para poder ter tartas porque notei que moitas veces hai xente que as precisa para un cumpreanos e non ten», apunta.

Y optó por las tartas congeladas de frutas porque la demanda no es tanta como para poder tener producto fresco. En muchos casos los clientes se la encargan y la avisan para que «a vaia sacando do conxelador para que esté xa ben e desconxelada cando cheguen a recollela».

Lo mismo pasa con otras cosas que también venden congelados. Explica que no tienen carne, pero sí otros productos que completan lo que ofrecen otros establecimientos de la parroquia. La futura apertura del glámping en marcha en la zona les incrementará el negocio.

Pan y fruta, el dúo ganador de la compra en los colmados de aldea

En las tiendas como Casa Porto en Ouzande, en A Estrada, o Comercial Cantón en Dozón, entre las compras diarias más habituales de los vecinos está el pan y la fruta. Manuel Porto señala que compran «un pouco de todo» y después del resurgir de las pequeñas tiendas de proximidad en la pandemia, ahora, «vamos sobrevivindo». Señala que «tiven que cambiarlle o prezo a todo» Y es que la escalada de precios no ayuda y si nota que «a xente pásase ao aceite de xirasol». Todo está más caro pero sus clientes, al igual de los de Sonia Rodríguez en Dozón, son los habituales: los vecinos de la zona. Sonia no nota que la gente compre menos o ajuste más las cantidades. El establecimiento surte también de otros productos como piensos o bombonas de butano que tienen una gran demanda entre el vecindario.

Una trabajadora incansable que dice que «non valgo para xefa»

La vida de Ianina no fue fácil pero ella está contenta con tener siempre actividad y aunque reconoce que «a vida son dous días» no deja de trabajar ni un instante. Explica que «eu traballei moito tempo de empregada, facíanse moitas horas, moitas veces 18, pero eu non valgo para xefa». Empezó a trabajar con 16 años. Sus padres murieron y, cuenta, «en Rumanía estaba todo mal». Ianina estuvo cinco años como empleada de la taberna de Prado y cuatro al frente y ahora se reparte con su hija la atención de los negocios. Lleva ya 19 años en Galicia y está orgullosa «de ter a miña familia toda colocada».

Ella atiende la tienda, cuida a su marido «que lle falta unha perna» y de un señor mayor de Noceda «que non ten a ninguén». Dice que sus hijos le dicen «Mamá, tú no eres de este mundo» porque no para de trabajar.

Tiene esperanzas de que a los peregrinos que ya acuden a su tienda se sumen los turistas que dentro de poco ocuparán los bungalows del cámping de lujo que una cadena francesa está construyendo en la zona. Cuenta que «nunha reunión cos veciñós xa nos dixo o alcalde que si algún puña un negocio era unha oportunidade». De momento la familia, ya tiene los necesarios para cubrir las demandas de este tipo de clientela: una taberna y un colmado. Ianina solo descansa el domingo por la tarde y el lunes por la mañana «un día, pero partido», matiza.