Las propuestas presentadas diferían de forma significativa en el concepto y el diseño del edificio municipal, en algún caso con volúmenes en el aire
24 sep 2023 . Actualizado a las 05:00 h.La pretensión de levantar en Lalín un icono arquitectónico para albergar la casa consistorial llevó a mirar más allá del encargo directo y optar por un concurso de ideas. De ámbito internacional, en aquellos tiempos de vacas gordas en la economía, se presentaron 43 trabajos de varias partes del mundo. Un jurado cribó esas propuestas para, en agosto del 2004, preseleccionar siete. Detrás estaban prestigiosos estudios de nuestro país, junto a alguno internacional. Debían elaborar un anteproyecto final, con una dotación económica para asumir esa labor profesional.
Los diseños confirman que la imaginación, la tradición o la innovación, la libertad creativa en definitiva, tiene cabida en la arquitectura como en otras muchas facetas de la vida. Las maquetas e infografías permitían constatar propuestas más o menos arriesgadas en su concepción. Sirvan las imágenes y textos de esta página para dar una idea de ese amplio abanico de opciones, con una única propuesta gallega preseleccionada.
Retranca con los calificativos
Los futuribles edificios municipales se convertían también en foco de la mirada de la sociedad, que no tardó en bautizar algunos. Porque no solo el proyecto ganador de Mansilla y Tuñón se ganó un calificativo popular, en su caso de tapa de pulpo. A otros se les llegó a conocer como el ovni o el poblado troglodita. La retranca popular no dejó pasar la oportunidad de atisbar detrás de formas y volúmenes en algún caso casi de ciencia ficción constructiva.
Detrás de esos proyectos que fueron alternativas al castro tecnológico final se escondía la creatividad de primeros espadas de la arquitectura, en muchos casos con una amplia trayectoria y construcciones de primer nivel a sus espaldas. No dejaron su impronta en Lalín más allá de maquetas atesoradas en el consistorio. Edificios que pudieron ser.