Alberto Taboada: «Mi objetivo no era ganar sino llegar a meta»

David Cofán Mazás
DAVID COFÁN LALÍN / LA VOZ

LALÍN

MIGUEL VILLAR

El nadador lalinense del Pabellón se alzó con la segunda edición de la Triple Corona

07 sep 2021 . Actualizado a las 05:00 h.

A un mes de la prueba más importante de la temporada, Alberto Taboada (Lalín, 1987) acababa de salir del confinamiento tras haber superado el coronavirus. Aunque en su caso la enfermedad fue leve, el cansancio acumulado, el miedo a las posibles secuelas y el escaso tiempo de preparación para la última etapa de la Triple Corona, cambiaron sus objetivos de manera radical, pasando de soñar con la victoria a verla como una quimera. Sin embargo, Taboada, que llegaba líder en la general, sacó fuerzas de flaqueza y se impuso en los últimos 23 kilómetros de una cita que comenzó en la ría de Vigo hace cuatro años.

«No me quedaron secuelas y fui paso a paso», explica Alberto, asegurando que su participación quedó comprometida tras ser positivo. «Me fui recuperando a nivel físico y no llegué agobiado por la clasificación general. Mi objetivo no era ganar, sino llegar a meta, terminar y coger sensaciones», relata. Un triunfo fruto del esfuerzo y preparación del deportista dezano.

«Entrenaba sobre dos horas al día. Decidí no hacer volumen y centrarme más en prepararme en el mar y en la piscina. Fue un entrenamiento de más dureza psicológica que física», señala. Boiro, Muros o Silgar fueron los escenarios escogidos por Taboada para aclimatarse a la ría de Pontevedra, en un itinerario con salida desde la Illa de Ons y meta en Combarro.

La particularidad de esta prueba es que se cuece a fuego lento, con una etapa cada año hasta completar tres, cuatro en esta ocasión tras suspenderse la del 2020 por el covid. El nadador lalinense afincado en Ourense finalizó segundo en los quince y diecisiete kilómetros de las ediciones del 2018 y 2019. Estar tan cerca de la victoria y conseguirla en la carrera decisiva después de tanto esfuerzo supuso una gran alegría para él. «Fue un subidón, pero llegué reventado. Al cruzar la meta mis familiares y mi novia me decían que tenía la cara desencajada. Sonreía pero estaba muerto», reconoce.

A las frías aguas del atlántico esta vez no se unieron inclemencias meteorológicas, por lo que Alberto pudo llevar a cabo un plan sin fisuras. «Yo decidí salir controlando, porque si no luego lo pagas caro. Hasta los doce primeros kilómetros fuimos en grupo, luego Andrea de la Hera -ganadora en categoría femenina- y yo nos escapamos y pudimos mantener el ritmo», afirma.

Lo peor llegó entre el kilómetro dieciséis y el veinte, donde las bateas supusieron un obstáculo mental para Alberto. «Se me hizo muy duro porque era un tramo largo, lleno de bateas y no veía el barco de avituallamiento. La suerte fue que no iba nadando solo, estaba con Andrea y fue clave para seguir, si no te vienes abajo», comenta.

Técnico del CN Pabellón ourensano, Alberto asegura ir «día a día», sin pensar demasiado cual será su siguiente prueba. «No me voy a retirar nunca porque voy a hacer deporte toda la vida», señala. «Si hay algo que me motive me apuntaré y según como me encuentre de ánimo y de fuerzas», indica.