Una mejora integral con algún «lunar» que recuerda el pasado

o. p. LALÍN / LA VOZ

LALÍN

miguel souto

La agradable circulación por el remozado asfalto se ve empañada en las rotondas y en dos tempraneros baches

01 dic 2016 . Actualizado a las 05:00 h.

Acceder con el coche al flamante asfalto de la ronda urbana de Lalín hace olvidar de inmediato el traqueteo que durante mucho tiempo hubieron de sufrir sus usuarios tras el deterioro de la calzada, insoportable en tramos como la bajada por la rotonda de A Trigueiriza y O Rodo, o en el tramo que va desde la rotonda de la carretera de Rodeiro hasta más allá del colegio Manuel Rivero. La conclusión de los trabajos ha dejado un firme de intenso negro que contrasta con el inmaculado blanco de la señalización horizontal, e invita a recorrer una superficie lisa como un plato. Junto a la comodidad de los usuarios, destaca la mejora en la seguridad vial.

Este magnífico estado intensifica el contraste que se produce en los entronques de la ronda urbana con carreteras que son competencia de otras administraciones. Al final, ha sido el Concello quien ha tenido que afrontar en solitario con fondos de planes provinciales la realización de una obra viaria que era una necesidad, en una carretera que pese a ser de titularidad del ayuntamiento lalinense presta indudable servicio a quienes se dirigen a otros viales de competencia estatal, autonómica y provincial. La falta de esos acuerdos han supuesto que las actuaciones de mejora se centren exclusivamente en todos los tramos municipales, por lo que rotondas en enganche con carreteras como la que se dirige a Vila de Cruces, o en la N-525 en Feás, o con la N-640 al fondo de la calle Arenal se han quedado tal cual estaban: esto es, muestran el agrietado asfalto que hasta hace unas semanas no era distinto del deteriorado firma de la entonces maltrecha ronda Este, pero que ahora hacen notar su mal estado, por el evidente contraste. Bueno sería que esas administraciones que no colaboraron en la ronda urbana de Lalín, se rascasen ahora el bolsillo para al menos dar una capa de asfalto en las rotondas de unión con el vial municipal.

En sentido Santiago

El trazado presenta, sin embargo, un par de borrones: dos tempraneros baches, curiosamente ambos en sentido de circulación hacia Santiago. El primero de ellos está detrás del instituto Aller Ulloa, y aparecía ayer en la zona señalización de obra en lo que parece que será un arreglo rápido para dejar la totalidad del recorrido en perfecto estado. El otro, por poco no cae ya dentro de los dominios del Ministerio de Fomento: está en el paso de peatones anterior al final de la ronda, en la rotonda de As Queimadas, antes de la carretera N-525. Un par de cuestiones de fácil arreglo, en una obra que recién acabada como está goza todavía de amplia garantía.