El pitoniso errado de la Asobal

Javier Benito
javier benito LALÍN / LA VOZ

LALÍN

Juan de Dios Román compartía un cocido hace diez años con directivos y técnicos del BM Lalín.
Juan de Dios Román compartía un cocido hace diez años con directivos y técnicos del BM Lalín. m. souto< / span>

Juan de Dios Román auguró hace ahora una década que el BM Lalín escalaría a lo más alto pero sigue en Primera

22 ene 2016 . Actualizado a las 05:00 h.

Las dotes de pitoniso de quien fuera seleccionador nacional de balonmano, Juan de Dios Román, no figurarán con letras de oro en su currículo. Casi mejor debería obviarse de esa virtud convertida en defecto si nos atenemos a su pronóstico para el BM Lalín. Con la capital dezana tuvo siempre un importante vínculo, con ingreso incluido en la nómina de los comendadores del Cocido. Y justo hace una década por estas fechas acudía disfrutar del plato. Y lanzó una frase en ese momento muy comentada: «Trabajando así el Lalín podría jugar en cinco años en Asobal».

No pasaron cinco sino diez pero ese augurio se incumplió. Quizás llegó desde la admiración al importante trabajo de cantera del Balonmán Lalín, para Juan de Dios una de las mejores de Galicia. El club sigue en la Primera Nacional, aunque no faltó alguna fase de ascenso en este período de tiempo. Quien fuera seleccionador nacional y una de mas mayores eminencias del balonmano español apelaba a ir paso a paso, pero esa ruta parece descartada a corto, medio o largo plazo. Máxime en momentos delicados en lo económico para este deporte y a los que tampoco es ajeno el BM Lalín.

En lo que sí acertó Juan de Dios Román fue en la capacidad formativa del club rojinegro. Su cantera continuó mostrando músculo, surgiendo figuras que ya llegaron a esa categoría augurada para el club. Pablo Cacheda milita en Asobal e incluso debutó con la selección española absoluta. Supone la punta del iceberg de otros buenos jugadores que también estuvieron en las principales categorías del balonmano nacional. Y entre los más recientes Xoán Ledo, en las filas del Barcelona B. Una maquinaria perfectamente engrasada que promete aportar nuevos nombres. Ahí está el ejemplo del juvenil Daniel Ramos, un pivote con una progresión a destacar.