Un taburete estradense de revista

Rocío García Martínez
rocío garcía A ESTRADA / LA VOZ

A ESTRADA

cedida

Quique Marín ha cambiado el sonido por el diseño de muebles y se ha hecho hueco en los foros de decoración

20 ene 2018 . Actualizado a las 05:00 h.

Quique Marín es nieto de Adolfo Couceiro, un tornero estradense que con su fábrica de cocinas llegó a convertirse en uno de los pilares de la industria local del mueble. Sin embargo, no fue su abuelo materno quien arrastró a Quique al oficio que ahora ha convertido uno de sus taburetes en protagonista de la revista Mi Casa. De pequeño, el diseñador apenas pisó el taller familiar y, de joven, le llamó más la atención el mundo del sonido que el olor de la viruta y el tacto del serrín.

Fue por eso por lo que Quique Marín se formó como técnico de sonido y tuvo sus primeros empleos en rodajes de series, estudios de grabación y espectáculos en directo. Pero los genes estaban ahí y poco a poco la vena de ebanista fue saliendo.

Durante su época en Vigo, Quique Marín conoció a Carlos Angulo, un ebanista cubano que había hecho de su profesión un arte y un modo de subsistencia. «Fue él el que más me enseñó del oficio», cuenta Quique Marín. Fue él también quien le contagió la pasión por la madera y le hizo ver que de cada tronco y de cada tabla puede salir una obra personal e irrepetible. Con el gusanillo ya en el cuerpo, Quique Marín conoció en Allariz -donde trabajó una temporada como técnico de sonido en una serie- a un puñado de artesanos interesantes que haciendo lo que querían conseguían vivir de su trabajo. Al estradense le abrieron los ojos. «El sonido me sigue gustando, pero con 36 años ya no tengo ganas de cunetas ni de pasarme las noches por ahí», confiesa. Fue así como el sonido fue pasando a segundo plano y la ebanistería fue ocupando el puesto preferente. «Ahora soy técnico de escena de Mercedes Peón y hago algunas cosas en A Estrada, pero ya no me apetece hacer 60 o 70 fechas en verano, así que estoy ya más en la ebanistería que en el sonido», explica. No obstante, la inusual simbiosis de técnico de sonido y ebanista le está abriendo al estradense algunas puertas en el mercado del mueble. Hace casi cuatro años que creó la firma Osso Ebanistería Creativa y uno de sus nichos de negocio es la fabricación a medida de carpintería para estudios de grabación. «Es un sector muy especializado. Me hacen consultas porque saben que trabajé en estudios de grabación y eso les da mucha confianza», explica.

Pero esa no es su única faceta. En el taller que su abuelo fundó en 1949 Quique Marín da rienda suelta a su creatividad y cocina muebles de diseño mezclando la madera con texturas, cementos, metales, telas y cuerdas. Adolfo Couceiro estaría orgulloso de su relevo.

Mundo creativo con nombre canino

Uno de los taburetes de Quique se ha hecho hueco en la portada de la revista «Mi Casa». Fue un trabajo para unos clientes de Madrid que un interiorista seleccionó para la publicación. Marín trabaja ahora en el diseño de muebles-maletero para un hotel de Santander. Su obra se puede ver en osso.gal, la web de su empresa, a la que da nombre su perro Osso.