EL CRISOL | O |
17 sep 2003 . Actualizado a las 07:00 h.CUANDO nos quitaron las pesetas para colocarnos en los bolsillos los euros, algunos calculamos que en un año o en dos ya pensaríamos y calcularíamos los valores de las cosas en la nueva moneda. En mi caso, el cálculo salió mal. Por encima de los dos euros, cualquier cifra que me llega acaba transformada en pesetas. A pesar de ello, hay productos cuyos precios en euros, por debajo de esas dos monedas europeas, son valorados inconscientemente en pesetas. Me ocurre con las cañas, las de cerveza. Aquellas cien pesetas que cobraban hace cuatro años en bastantes bares de A Estrada por la tradicional caña se han transformado en 80 céntimos, en un euro e incluso en uno y veinte céntimos. Pero a principios de esta semana, en una cafetería no muy concurrida batieron el récord local que yo conocía. Pagué un euro y treinta céntimos, y no era la una de la madrugada ni ponían música soul. Tampoco se trataba del tradicional tubo . Un euro es bastante más que un dolar. Uno con treinta son unas 220 pesetas, lo que antes me costaba una caja de cervezas, de seis y con vidrio incluido. Cada cual elige sus tascas, bares y cafeterías. Y también marca?las?poco?recomendables.