El BNG abandonó la sesión antes de rechazarse su propuesta de comisión
30 jul 2024 . Actualizado a las 05:00 h.Tras algún que otro amago, como la prevista por la tarde a nivel meteorológico, la tormenta política estalló ayer en el pleno de Lalín. Arreciaba la lluvia verbal, con la tensión más alta que el mercurio en un día de calor, al debatirse la moción del BNG para solicitar la creación de una comisión de investigación sobre el padrón municipal. Una cuestión que esta formación sigue vinculando a la situación de inseguridad que se vive en la capital dezana. Antes de que se tumbase esa propuesta los dos ediles nacionalistas habían abandonado la sesión tras calificar el regidor del PP, José Crespo, de miserable al portavoz del BNG, Francisco Vilariño. A favor de la comisión votaban CxL y PSOE, pero los populares lo hacían en contra
Vilariño presentaba ya la moción en tono elevado tras el rifirrafe vivido con los tiempos de intervención en un punto anterior. Habló de demagogia o de cómplices activos, en alusión al gobierno local, para insistir en que en Lalín hay miedo entre las mujeres y jóvenes con «zonas onde non se atreven nin a pisar». Una cuestión sobre la falta de seguridad ciudadana que enlazó con la existencia de «xente hacinada, vivindo en situación infrahumana» y de mafias.
Reprochó el portavoz nacionalista al PP que ni se convocase la junta de seguridad local ni la de portavoces que solicitaron y defendió el valor de asociaciones que denunciaron hechos graves, mientras el gobierno local primero negó que existiese un problema. Resaltó que hay diligencias abiertas en vía judicial en torno a esta problemática y que el BNG no va a acobardarse en el objetivo de desterrar a las mafias de Lalín.
La portavoz socialista, Alba Forno, optó en su primera intervención por aludir exclusivamente al empadronamiento y las constantes bajas desde hace tiempo. Lamentó como Vilariño que no hubiesen sido convocadas ni la junta de portavoces ni la de seguridad, para incidir en el cambio de posicionamiento del PP. Si primero Avelino Souto negaba cualquier alarma, sí reconoció después Crespo el problema. Pidió «faltar as cousas con naturalidade para evitar especulacións e medos».
Desde Compromiso por Lalín (CxL), Rafael Cuíña apoyó la creación de la comisión pero su alusión al Parlamento británico donde se creaban sin que valiesen para nada no sentó bien al portavoz nacionalista, que se lo reprochó. Cuíña destacó sus contactos «de xeito privado» con fuerzas de seguridad y presuntos líderes de colectivos musulmanes para testar cómo estaba la situación. Afirmó que «dicir que non se está facendo nada é inxusto, se está a traballar pero hai que facelo con discreción», reconociendo que hay preocupación social y recordó que ya en Semana Santa alertó en RadioVoz de «situacións intolerables».
Referencia a Ana Pontón
Al portavoz del PP, Avelino Souto, le tocó el primer turno de réplica para cuestionar a un Vilariño sobreactuado y recordar a Forno que el gobierno local no tiene ningún papel en el padrón. Lamentó que se buscase rédito político con la cuestión de la seguridad,
«un tema tan serio e perigoso»
y apostó por trabajar en silencio, además de censurar que se mezclase padrón y seguridad ciudadana. Y citó a Ana Pontón:
«A mecha do odio é facil de prender, moi difícil de apagar»
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Elevó el tono de nuevo el portavoz nacionalista en la respuesta, enarbolando papeles de un expediente irregular de empadronamiento. «As forzas de seguridade estarán facendo o seu trabalo pero fagan vostedes o seu», disparó al PP, considerando su actitud demagógica y preguntándoles a las concejalas si no viven esa situación, además de lamentar que la Policía Local no preste servicio de noche y algunas tardes, incidiendo en que la falsificación de documento al empadronarse es un delito penal.
En ese momento Crespo le invitó a informarse con el secretario sobre la gestión del padrón, que declinó Vilariño. Y la tormenta verbal alcanzó ya su cénit con el «miserable» del regidor, que llevó al BNG a irse del salón de plenos. Mientras abandonaban sus escaños tuvo tiempo el alcalde recriminarles que sabían perfectamente cómo funciona el padrón y dijo que había pedido al subdelegado del Gobierno una junta local de seguridad, pero no lo consideró necesario y la pospuso a septiembre. Insistió en que cualquier irregularidad se presente denuncia. Y fue más allá al cargar contra el Gobierno central por su ley de extranjería y prebendas que él no daría a ciertas personas.
Cuíña pedía un nuevo turno de intervención para los partidos dada la relevancia del asunto, sin que Forno se hubiese percatado de la marcha del BNG y esperando que abrirán ellos, pero le tocó a la socialista para insistir en la preocupación vecinal y evitar que la bola se haga más grande. Crespo pidió al secretario que explicase cómo se gestiona el padrón y Cuíña, por su parte, apuntó que si alguien en el pleno conocía la comisión de algún delito, que denunciase, mostrando su apoyo al regidor en este asunto, ya que lo primero es el interés vecinal «e despois os outros». Un apoyo explícito que le agradeció el regidor.
Crespo dijo tener la conciencia muy tranquila y criticó las prebendas de la ley de extranjería
El colofón al polémico debate lo ponía Crespo antes de votar para reiterar sus críticas a la actitud del BNG y por querer convertir en un problema político el del padrón, donde no juegan ningún papel. Pero también cargó contra el PSOE, contra el Gobierno central con perlas como tildar de prebendas a inmigrantes que les otorga la ley de extranjería «que eu non as daría», aseverando que no le gusta. «Fixen a miña parte do traballo, teño a conciencia moi tranquila», insistió, para remarcar que ante cualquier circunstancia anómala actúan y que el problema de la inseguridad o posibles mafias «non é de agora, é de fai tempo e non depende do padrón».