El difícil reto de retirar el amianto de todos los edificios antes del 2032

David Cofán Mazás
David cofán LALÍN / LA VOZ

DEZA

CEDIDA

Los altos costes para los particulares dificultan conseguir cumplir el plazo marcado por la Unión Europea para erradicar este agente cancerígeno habitual en los inmuebles

23 nov 2023 . Actualizado a las 05:00 h.

El amianto, también conocido como el asbesto, es un mineral de origen natural que se presenta en forma fibrosa con propiedades muy atractivas como aislante térmico, eléctrico y acústico, así como una gran resistencia al fuego. Características que, junto a su bajo coste, hicieron de este material un habitual en el sector de la construcción. En España su uso se generalizó durante la práctica totalidad del siglo XX, siendo un componente habitual en casas, edificios, galpones y también en las cañerías y tuberías. Sin embargo, a principios de este siglo se clasificó como agente cancerígeno y se prohibió su comercialización, fabricación e instalación.

Dada su peligrosidad, la Unión Europea tomó cartas en el asunto para acelerar su desmantelamiento de los edificios poniendo como fecha límite el 2028 para aquellos de titularidad pública y hasta 2032 para el resto. En las comarcas de Deza y Tabeirós se han dado pasos en este sentido durante los últimos años, pero principalmente en inmuebles públicos como casas consistoriales, centros de salud o espacios educativos. Los altos costes para los particulares complican alcanzar el objetivo comunitario.

La empresa estradense Chaometal está especializada en la retirada de amianto de las cubiertas y tejados, encargándose del procedimiento completo deshaciéndose del material de forma segura y gestionando sus residuos. La profesional Susana Caramés asegura que la mayor dificultad se encuentra en el apartado económico. «O custe da retirada é grande, se un particular non ten problemas coa cuberta non a vai cambiar», comenta. A la hora de tasar el precio del metro cuadrado señala que ronda entre los 18 y 25 euros, aunque advierte que no hay dos obras iguales y que este puede elevarse si es proyectada o no, por ejemplo.

Esta profesional explica que los trabajos deben hacerse con sumo cuidado, pasando por un farragoso trámite burocrático que incrementa el coste de la obra. Un protocolo de actuación estricto pero necesario dada la peligrosidad del material que se está manipulando. «Por exemplo non podes traballar máis de 4 horas seguidas, debe haber dúas quendas de traballo e ninguén de fóra pode interferir», explica.

Asimismo, detalla que la mayor carga cancerígena no se encuentra en las uralitas o en la manta de aislamiento, si no en las tuberías: «En moitas cidades as canalizacións da auga aínda son de fibrocemento».

«Hai que concienciar á xente, non tratalo de forma correcta supón un delito medioambiental»

Susana asegura que la población está al corriente de la situación, recibiendo peticiones para que se encarguen de este residuo. «Cada semana recibimos polo menos dúas chamadas de particulares relacionadas con este asunto», explica. La empresa participó el pasado mes de junio en una reunión de la Instituto de Seguridade e Saúde Laboral de Galicia (ISSGA) para abordar con las firmas autorizadas para estos trabajos este cambio de normativa.

Entre los aspectos más destacados asegura que se puso sobre la mesa la implementación de una línea de ayudas para los particulares que quieran deshacerse del amianto, aunque sin concretar cantidades. En cualquier caso Susana recuerda la importancia de realizar estos trabajos siguiendo la normativa aunque el coste sea mayor.

«Hai que facer unha labor de concienciación coa xente para realizar estes traballos de forma correcta, senón incorres nun delito medioambiental. Tes que ser moi rigoroso co tratamento do amianto e non tiralo en calquera lado: empregar cabina, valar a zona, sinalizala...», detalla.

En los colegios de Piloño y Cercio se acometieron obras para eliminar el material nocivo

Tanto en tuberías como en cubiertas el amianto está presente en muchos edificios de la zona. En los de titularidad pública se han realizado a lo largo de la última década numerosos trabajos para eliminar este agente cancerígeno. Recientemente se procedió a la retirada del fibrocemento con contenido de amianto en el CEIP Varela Buxán de Cercio (Lalín), así como en el CEIP Cerdeiriñas de Piloño (Vila de Cruces).

Allí el amianto se encontraba como aislante en de las ventanas. Este, junto a otros desperfectos, fue un caballo de batalla de la comunidad educativa y del Anpa, que desde el 2015 solicitaron su desmantelamiento. El pasado diciembre se procedió a la retirada del aislamiento, que según informan desde el Anpa, está completamente eliminado de las aulas en las que hay presencia de alumnos.