
El Balonmán Lalín no pudo certificar la remontada ante el Lanzarote tal y como lo hizo en la visita a A Coruña contra el OAR. A diferencia de ese partido, el Lanzarote supo aguantar los arreones lalinenses y aguó cualquier opción de victoria local. Pese a la derrota, los rojinegros ofrecieron una versión competitiva ante el equipo más fuerte del campeonato.
La igualdad fue máxima durante todo el encuentro y el Balonmán Lalín puso en práctica el plan establecido por Pablo Cacheda, basado en ataques veloces para evitar el juego estático y minimizar los temidos uno para uno del Lanzarote. Así, durante el primer tiempo, aunque el Lalín no era capaz de consolidar ventajas, el Lanzarote estaba incómodo y no podía más que mantener nivelado el choque. De este modo se llegó al entretiempo con un empate a dieciséis que dejaba todo por decidir en los siguientes 30 minutos.
La segunda mitad fue más compleja para los locales. Aunque el comienzo fue nivelado, el Lanzarote encontró resquicios en la defensa dezana y su propia zaga y portería respondieron con gran solvencia. Poco a poco se despegaron en el marcador, llegando a ventajas de cinco puntos con diez minutos en juego. En esa horquilla de entre 3 y 5 puntos el Lalín se puso manos a la obra en un arreón final con el que hacer tambalear la férrea defensa visitante. En un final de infarto pudieron llevarse el gato al agua, pero esta vez no fue posible.