Sinfonía de camelias en el Pazo de Oca

Rocío García Martínez
rocío garcía A ESTRADA / LA VOZ

DEZA

miguel souto

Los jardines del palacio ofrecen medio millar de variedades que seguirán floreciendo hasta abril

04 feb 2020 . Actualizado a las 05:00 h.

Visitar el Pazo de Oca es un acierto en cualquier época del año. Ahora, en pleno invierno, la floración de las camelias es una razón de peso para recorrer los jardines. Según explica el jardinero Ignacio Valladares, que lleva catorce años mimando el Versalles gallego, en el Pazo de Oca existen en torno a medio millar de variedades de camelia distintas. Las más tempranas empiezan a florecer entre septiembre y octubre mientras que otras están ahora en pleno apogeo y, las más tardías, podrán verse abiertas hasta los meses de marzo y abril. «A reticulata alba está en Semana Santa en plena floración», explica Valladares.

Los jardines del Pazo de Oca son un auténtico paraíso para los devotos de las camelias, que se cuentan por cientos. En Galicia, la afición popular está despertando ahora, pero hay países donde existe un culto a la camelia instaurado. Según cuenta el jardinero, al Pazo de Oca se han acercado grupos de aficionados japoneses o australianos que quedaron sobrecogidos por la variedad y belleza de las camelias que salpican todo el entorno.

Uno de los ejemplares del Pazo de Oca, una camelia reticulata, está recogida en el catálogo de Árbores Senlleiras de Galicia por considerarse la más antigua de Europa. Según los cálculos de los expertos el ejemplar data de la segunda mitad del siglo XIX. Cuando las flores van madurando y los pétalos caen al suelo, la alfombra que se forma en el sendero contiguo es de postal. En el jardín barroco del siglo XVIII y en el patio principal hay también otros camelios que pueden sobrepasar el siglo de vida.

300 metros de camelias blancas

Pero no son los únicos ejemplares interesantes de Oca ni muchas veces los que más llaman la atención de los visitantes. Merecen también una visita el seto de 300 metros de camelias de la variedad japónica alba plena y, por supuesto, el laberinto de camelios, que está ahora empezando a florecer.

Este laberinto fue creado hace una década recortando ex profeso antiguos camelios que ya había en la zona para jugar a desorientar al visitante. Cientos de camelios configuran una red de senderos que despistan agradablemente al visitante por pasadizos sombríos salpicados de flores. El laberinto nunca está repleto de flores porque lo integran variedades distintas con tiempos diferentes de floración. La ventaja es que, desde ahora hasta la primavera, siempre está en flor.

Además, desde hace cinco o seis años en una zona antes destinada a hortofruticultura se plantaron un par de colecciones de camelios que aún están en fase de crecimiento. En total son trescientos y cada uno es de una variedad distinta. La idea es, con el tiempo, ofrecer para el paseo un campo de camelios a media altura de copas redondeadas.

Un nuevo laberinto de boj inspirado en Fibonacci

Los jardines del Pazo de Oca son una obra de arte inmensa y dinámica que ha cambiado bastante y que continúa haciéndolo. Solo dentro de la muralla hay ocho hectáreas de jardines. Fuera, otras 14 de zonas boscosas en las que hay plantaciones de castaños, viveros de boj o árboles para la producción de leña. Los jardineros no solo se ocupan del mantenimiento de los jardines, sino del denominado «plan de restauración», que lleva activo cuarenta años. Este plan está dando prioridad al jardín sobre las zonas de producción hortofrutícolas. Entre las últimas incorporaciones figuran un olivar ornamental, la recuperación del Xardín da Mona, de tipo paisajista, o la creación en boj de un laberinto inspirado en la secuencia de Fibonacci.