Alexis Viéitez, tras ganar en A Estrada: «Estoy sin ganas, tras el incendio corrí por orgullo, pero para el año no compito»

DEZA

RAMON LEIRO

Acaba de ganar el campeonato gallego de montaña después de que un fuego devorase su coche

07 jun 2023 . Actualizado a las 15:35 h.

A Alexis Viéitez todavía le escuecen las heridas que le dejó el incendio que acabó con todo su material de competición al comienzo de la temporada. Le duele el alma cada vez que recuerda la madrugada del 8 de junio. Es por eso que el título de campeón gallego de montaña que acaba de ganar es el que más valor tiene de los últimos cuatro. Días después de apagar las llamas conseguía otro coche para poder seguir compitiendo, pero las heridas son todavía tan profundas que el año que viene no volverá a ponerse a prueba. Cada uno de los 1.990 puntos del Campeonato Gallego de Montaña llegan de un esfuerzo, del que ahora necesita descansar.

-Fue un año duro después de perderlo todo en un incendio.

-Por momentos pensamos en rendirnos, si por mi fuera, no correría, pero por mi padre y su orgullo, que quería intentar que estuviera allí, intentamos competir lo máximo posible con el nuevo coche y poder conseguir el título. Y al final lo hemos hecho.

-Pero, ¿no pudo participar en todas las pruebas?

-No, a la de Dumbría no pudimos ir, fue cuando pasó todo.

-Ahora que ya quedó atrás el incendio, ¿cómo recuerda esos días de junio?

-Eso nunca va a pasar de todo, siempre se me van a quedar imágenes de ver arder todo, las caras de mi familia y en especial la de mi padre, que es el que luchó por tener todo lo que teníamos. Son momentos difíciles, no se lo deseo a nadie. Luchas toda la vida por tener algo y las llamas te lo arrebatan, no lo puedes asimilar.

-¿Pensó en dejar los ralis?

-Sí, por supuesto, de hecho esta temporada no haré el campeonato, me lo tomaré como un año sabático. Quizás haré las pruebas que me gustan y me divierten, pero sin hacerlo entero. Estoy sin ganas, este año lo hice por orgullo e intenté dar el 100 %, pero necesito desconectar un poco de las carreras, me taladran la cabeza. Es un poco todo, por lo que sucedió y por comentarios y estupideces que escuchas.

-¿Está desencantado del automovilismo o de lo que lo rodea?

-La gente juzga sin conocer y ahora ya tengo suficientes años de experiencia para saber a quien tienes y a quien no. Después de todo el trabajo que pasas para estar ahí, oyes comentarios y a mí eso me aburre y me cansa. Cuando te pasan estas cosas, te das cuenta de la gente que está ahí. Me siento agradecido a un montón de personas que me han ayudado a salir de ese momento.

-¿Cree que aún no salió de todo?

-No, de ahí nunca vas a salir. Siempre te vienen imágenes a la cabeza y la gente te saca el tema. Es un momento muy malo que te lo hace pasar mal, aún hoy detecto rápidamente el olor si hay algo ardiendo. Todo eso se te queda grabado.

-Y en la carretera, ¿tiene rival?

-A ver, mis rivales son duros, la verdad es que están corriendo y al mínimo descuido te pueden ganar. Están al acecho, esto es como una cadena, de mí tiró gente hasta que yo les conseguí ganar y ahora pasa lo mismo, yo tiro de ellos para que algún día me ganen o al menos, lo intenten. Mi mayor rival es Pablo Rey, que ha hecho una gran temporada y me puso las cosas difíciles en muchas pruebas. Tienen que intentar superar algún miedo que puedan tener o implicarse más en el tema para intentarlo.

-Cada año supone redoblar esfuerzos para poder competir, ¿qué le cuesta más?

-El mayor esfuerzo es el económico, hay que ahorrar bastante si quieres hacer una temporada para estar ahí arriba, aunque este año hemos abaratado bastante utilizando otras ruedas, pero siempre hay muchos gastos, como gasolinas, desplazamientos o arreglos en el coche. Todo suma.

-De todas las pruebas que le llevan al título, ¿cuál es la más dura?

-No sabría decir, pero la más complicada para mí es la de A Escusa por su trazado y recorrido, no hay margen de error en ella.

-Todavía queda el último rali, el de Taboadela, ¿qué espera de él?

-Yo ya no voy a ir, para mí se cerró la temporada. Estoy intentado convencer a mi padre por si quiere ir. Anda mal de las manos, pero ya que tiene licencia, quiero que se anime a hacer una carrera.