La nevada que ayer cubría de un manto blanco el campo no impidió una última sesión de entrenamiento del Agolada antes de recibir hoy (17.00 horas, O Hospitalillo) la visita de un complicado rival, la Sarriana. La imposibilidad de adiestrar el jueves por temas de horario y alguna que otra gripe obligó a Luis González Pichel a trasladarlo a la matinal sabatina. El sol lucía y hizo más llevadero el trabajo durante algo más de una hora.
El técnico dezano cuenta con las bajas de Santi, tocado tras el encuentro ante el Puebla, y de Pacheco, con problemas en una rodilla. Sí podrán estar Miguel y Sánchez, mientras Aitor Hurtado ya está al 100 %. González Pichel tiene a dieciséis futbolistas disponibles y le tocará hilar fino con el equipo para medirse a los lucenses, que están en la pelea por la segunda plaza, con As Pontes ya muy distanciado como líder.
A la Sarriana ya le habían generado problemas en la ida, con un buen partido del Agolada que mereció más y rozó al menos el empate. González Pichel espera a un rival en busca de los tres puntos para no perder comba con Viveiro, Noia y Arzúa. Pero los locales buscarán sacar el máximo rendimiento, competir los noventa minutos para aprovechar alguna ocasión. «Algo poderemos facer para desmontar o seu xogo e pelexar pola victoria», auguraba ayer un convencido Pichel, convencido de sus opciones.
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