Singularidades en la iglesia de Donramiro

francisco rubia alejos LALÍN

DEZA

Daniel Manso

Dos piezas artísticas en sendas iglesias de Deza desvelan una interesante iconografía religiosa y un posible maestro escultor común

26 dic 2018 . Actualizado a las 09:40 h.

Prosiguiendo con los estudios dedicados a la iglesia lalinense de Donramiro, damos paso a una selección de breves trabajos desarrollados a lo largo de las últimas décadas, que presentamos ahora actualizados, con algunas adiciones y comentarios. Nuestra intención, al tomar nuevamente papel y pluma, es divulgar el conocimiento de algunas parcelas histórico-artísticas del templo, y, a la postre contribuir a su puesta en valor.

Comenzaremos con unas breves notas sobre la losa ornamentada situada bajo el tímpano de la puerta principal de la iglesia, que sirve de apoyo a la imagen pétrea de Santa María, su titular. Se trata de una pieza rectangular de 151 centímetros aproximadamente de largo y 43,5 de ancho y un grosor variable, por ensanchamientos en los extremos. En el centro figura labrado en relieve un escudo con el monograma de Cristo JHS (Jhesus) en su interior, escrito en caracteres góticos. El escudo muestra escotaduras en el jefe y es terminado en punta. Flanqueando la labra hay dos clásicos cuadrifolios, cuyos pétalos separados por pequeños ángulos rectos, abren de un botón central.

Interpretaciones de autores

Esta pieza fue objeto de interpretaciones por algunos autores, que la señalaban como parte de un tímpano medieval. En nuestra opinión se trata de un elemento reutilizado que debió pertenecer a un sepulcro, por su paralelismo con el frontal de la sepultura perteneciente a una dama con estatua yacente, existente en la iglesia lalinense de San Miguel de Goiás, emplazada en el muro sur de la nave, bajo arcosolio (pieza de 172 x 43,7 centímetros). Por lo tanto, dicha losa, correspondería al frontal de una urna o yacija, sobre la que, con bastante probabilidad se situaría también una estatua yacente.

La gran similitud que presentan ambos frontales es notoria, tanto en proporciones como en los motivos. Estas y otras sutiles características inducen a pensar que ambos frontales pudieron haber sido realizados por la misma mano. Las pequeñas diferencias estriban en las alteraciones producidas al emplazar el frontal del sepulcro de Donramiro en la portada de la iglesia, en el espacio disponible bajo el arco. La de mayor impacto visual fue ocasionada al asentar los extremos de la losa sobre el ábaco que coronan las columnas interiores de la arquivolta, produciendo que parte de los pétalos de los cuadrifolios quedasen ocultos.

Cruz antefija que dibujó Castelao

Otro elemento destacable de la iglesia es la cruz antefija que corona la espadaña, compuesta de brazos iguales sobre un círculo con entrelazados. Es una cruz románica, denominada celta por conservar de este arte el entrelazo cruciforme, semejante a las cruces celto-británicas. En la basa muestra el cordero místico debruzado, en representación simbólica de la Redención, a diferencia de cuando está de pie que significa la victoria sobre la muerte. Pese a encontrarse a considerable altura fue posible diferenciar que el animal tiene cuernos, lo que demuestra que realmente se trata de un carnero, representación singular y particular del arte gallego. A causa de un fuerte temporal, la cruz fue abatida por el viento fragmentándose en su caída contra en el suelo. En las actuales obras de la cubierta de la iglesia fue restaurada.

Esta cruz fue estudiada por el Seminario de Estudios Gallegos durante la campaña iniciada en el verano de 1927 en que comenzaron los trabajos de campo para el magno estudio de Terra de Deza, obra conclusa que no llegó a publicarse a causa de la guerra civil de 1936. La cruz antefija de Donramiro fue dibujada por Castelao y aparece publicada en su magistral obra Cruces de pedra na Galiza terminada en 1946 en Buenos Aires y editada en 1950 en la misma ciudad bonaerense.

El hecho de tener la iglesia de Donramiro la cruz antefija dibujada a mano alzada por el genial artista, no deja de ser singular. De ello dimos por primera vez noticia en el año 2016 en la revista de las fiestas patronales. Sugerimos que, la sencilla imagen, bien podía ser utilizada como emblema o logotipo de alguna entidad cultural de la parroquia siempre, obviamente que no exista ningún impedimento legal.

«Ventanas de escaparate»

En el entorno de la iglesia se conservan casas de arquitectura tradicional -algunas con modificaciones sustanciales- que muestran ventanas en la planta baja del modelo denominado «ventanas de escaparate». Estas antiguas ventanas que dan a la calle, tienen la particularidad de tener el alféizar, o borde inferior que corona el antepecho, más ancho de su espesor habitual y estar dispuesto en voladizo, en algunos casos labrado o moldurado. La superficie ancha y plana estaba pensada para actuar como pequeño mostrador, desde donde se despachaban productos, por lo general alimenticios y a los peregrinos que hacían el Camino de Santiago.

En estas singulares tiendas asentadas al borde del camino, la venta se hacía a través de la ventana por razones de seguridad, preservando de esta forma el interior, que a la sazón era la vivienda. Por las noches se cerraban con gruesas hojas de madera maciza, y en algunos lugares, para mayor garantía solían disponer de reja. Debemos tener presente, al valorar estas ventanas, las posibles alteraciones sufridas en el nivel del terreno, en cualquiera de ambos sentidos.

La presencia de «ventanas de escaparate» sirve en muchos casos para determinar el paso de las rutas jacobeas, o rehacer tramos cuando se desconocen, por cuya razón debieran ser registradas, antes de que resulte tarde. De este nodo cobraría una mayor relevancia testimonial el Camino de Santiago. La importancia de Don Ramiro, una vez más, queda de manifiesto al ser atravesado por una importante vía de paso, reflejada en la Carta Geométrica de Galicia de Fontán, publicada en 1845.